Malena ZABALEGUI nos invita a la reflexión sobre el lenguaje inclusivo

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Imagen: Facebook, Malena Zabalegui

Malena ZABALEGUI, autora del libro “Sexo Oral-Relaciones carnales entre Sexualidad y Lenguaje”,  nos invita a la reflexiónsobre el lenguaje inclusivo.

La escritora, Nos comparte un análisis crítico de nuestro discurso sexual para repasar sentidos y sinsentidos.

El debate por el uso de la “e” -como marca lingüística inclusiva- interpela a un mismo tiempo las tres dimensiones básicas de toda sociedad: el género, el estatus social y la generación.

De manera inesperada, una multitud en edad adolescente y de marcado sesgo femenino irrumpió este año en las urbes argentinas para enseñarnos (en el doble sentido de mostrar y de educar) que ellas llegaron para intervenirlo todo.

Ante una sociedad consumista que las pretendía pasivas, flacas y depiladas, las pibas intervinieron sus cuerpos diversos con consignas verdes y libertades varias. Frente a un mundo adulto-céntrico que las destinaba a virginidades indeseadas o a maternidades forzadas, ellas intervinieron el espacio público con sus pañuelos verdes y reclamaron a viva voz Deseo o Nada.

Y, en desafío a una gramática sexista y jerarquizante que las ninguneaba e invisibilizaba, ellas intervinieron la mismísima lengua en común para que la “e” del español no remita a estereotipos esposados sino a Equidad y Emancipación.

¿Se trata acaso de una moda breve? ¿Son “elles” meramente rebeldes? ¿Son endebles, son perennes?.

Los feminismos y los colectivos de las disidencias sexuales tienen un largo historial en materia de intervenciones lingüístico-políticas, como todos/as, tod@s, tod*s y todxs sabemos.

Sin embargo, es la primera vez que un grupo humano minorizado en términos de género (feminizado) y de generación (adolescente) disputa tan fuertemente el discurso vigente y ofrece además una alternativa tan simple, aplicable y eficiente.

Si la flexión con “e” de las palabras provoca en algunes más exasperación que reflexión es porque las pibas se agenciaron un estatus social históricamente reservado a hombres-cis-propietarios que se niegan a soltar privilegios y a democratizar las palabras y las prácticas.

Si alguien siente que pasar de decir “chicos” a decir “chiques” es complicadísimo pero no tiene inconveniente en pasar de “chicos” a “chiquitos” es porque tiene naturalizado masculinizar e infantilizar pero no así respetar y equiparar.

Y si hay gente que cree que la RAE puede autorizar o desautorizar gramáticas o vocabularios extranjeres… que genuflexione con su rey y nos deje flexionar con “e” en paz.

Esta no es una lucha ortográfica sino épica, y viene liderada por heroínas. Son mujeres, son muy jóvenes y no son propietarias. Son verdaderas revolucionarias.

Fuente: Pág. Facebook, Libro Sexualidad y Lenguaje – Sexo Oral de Malena Zabalegui

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