El viernes pasado, los trabajadores y trabajadoras de la Empresa de Energía Eléctrica de Córdoba (EPEC), se reunieron en la sede central de la misma y fueron brutalmente reprimidos por la policía de Córdoba. El objetivo era entregar un petitorio al Directorio exigiendo el cese de las persecuciones y traslados arbitrarios, el fin de las contrataciones periféricas innecesarias y la reapertura de paritarias, entre otros puntos.
Producto de la represión hubo muchos trabajadores de EPEC e incluso periodistas que cubrían la protesta, que resultaron heridos con balas de goma. Posteriormente, los uniformados realizaron una redada en la zona y detuvieron a doce trabajadores. Entre ellos se encontraba Héctor Tosco, gerente de EPEC e hijo del histórico dirigente lucifuercista, Agustín Tosco. Sobre horas de la noche del viernes todos los detenidos fueron liberados.
Mediante un comunicado Hector Tosco agradeció a todas las organizaciones y a quienes mostraron su solidaridad para con los trabajadores de Luz y Fuerza. Además en éste mismo, denunció que “la represión policial desatada, su actuar violento, ilegal y arbitrario es la verdadera cara del gobierno de Córdoba. El gobierno busca mostrar como un logro político la modificación forzada a la baja del convenio colectivo de trabajo de Luz y Fuerza. Convenio que ha sido el eje de las relaciones empresa-trabajadores durante todos los años de democracia del 83 hasta la fecha”.
Consultado por el programa radial, Rompiendo Limites, Tomás Di Toffino, delegado gremial de Luz y Fuerza Córdoba, dijo que “el objetivo concreto es convertir un servicio que es de propiedad pública en un negocio privado que genere grandes ganancias, que generalmente son fugadas al exterior”. Además expresó que “hace un año y medio que el gobierno de Schiaretti ataca a los trabajadores de la empresa” y sentenció que lo que se quiere es “volver a la receta de los 90”.
