Técnicos de tres reparticiones provinciales concurrirán mañana al predio ubicado entre las localidades de Vértiz y Ojeda en el que se encontraron decenas de bidones de agroquímicos enterrados. El objeto de la visita es hacer un relevamiento más completo que el del viernes, tomar muestras de agua y de sedimento para determinar si hay indicios de contaminación.
La magnitud del enterramiento de los bidones, decenas de ellos, algunos incluso con restos en su interior de los agroquímicos que poseían, preocupó e indignó a los testigos del operativo de excavación que lentamente fue desenterrando un bidón tras otro.
La cava en que se depositaron tiene una profundidad de varios metros, al punto que los envases más profundos estaban enterrados en el barro, es decir, en la parte superior del acuífero de la zona. «Cuando empezaron a cavar llegamos hasta donde era tierra húmeda, arena donde se juntaba agua», contó una persona que estuvo allí al diario La Arena. «Al principio pensamos que iba a ser algo superficial, nunca nos imaginamos que a medida que excavábamos encontrábamos más bidones», sostuvo.
Los bidones se encontraban enterrados en un predio ubicado junto al camino paralelo a las vías del Ferrocarril, entre Vértiz y Ojeda. Las autoridades tomaron conocimiento de ello a partir de una denuncia que un particular hizo ante la Dirección de Agricultura. La cava que hubo que abrir para recuperar todo el materia tienen unos 30 metros de extensión y en algunos lugares llega a los cuatro metros de profundidad.
El predio está en manos de la empresa Ferroexpreso, y de hecho el viernes por la tarde se hicieron allanamientos en sus oficinas de General Pico, donde tres personas fueron demoradas. Serían las personas que realizaron la excavación y transportaron hasta allí y enterraron los envases.
El lunes concurrirán al lugar técnicos del área de Salud, de la Secretaría de Recursos Hídricos y de la Subsecretaría de Ambiente a fin de realizar una inspección de detalle y tomar muestras.
Lo cierto es que haya o no contaminación, la premeditada actitud de enterrar una fuente de contaminación, sobretodo en momentos en que la Provincia activó un sistema de Centro de Acopio Transitorio de estos envases, confiere un carácter delictivo a la maniobra y obliga a acciones judiciales contra quienes ordenado esa acción y contra quienes la hayan ejecutado.
El juez de audiencia piquense, Diego Ambrogetti, formalizó ayer a la mañana la investigación contra tres empleados de la empresa Ferroexpreso Pampeano, acusados de haber enterrado un total de 438 bidones de agroquímicos en un camino lindante a las vías del ferrocarril, entre las localidades de Vértiz y Ojeda.
Ambrogetti fue quien estuvo a cargo de la audiencia de formalización, y quien escuchó los argumentos de la fiscal Verónica Campo, que se encuentra a cargo de la investigación.
El viernes, se realizaron allanamientos en las localidades de Ojeda y Vértiz, en instalaciones de Ferroexpreso. En estos procedimientos se detuvo a tres personas.
A raíz de ello, en la mañana de ayer se le tomó las declaraciones correspondientes y posterior se llevó a cabo la audiencia de formalización donde se los imputó por el delito previsto en el artículo 55 de la ley 24051 de Residuos Peligrosos, que establece una pena de prisión de 3 a 10 años.
El hecho es por enterrar 438 bidones de agroquímicos generando contaminación al medio ambiente y presumiblemente las aguas, dijeron desde el Ministerio Público Fiscal. En el caso de uno de ellos, el responsable de la logística, la fiscal Verónica Campo solicitó prisión preventiva de 15 días. El juez Ambrogetti resolvió ordenar la preventiva hasta el 13 de septiembre próximo.