Con el tanque casi vacío de reservas y sin novedades del Fondo el ministro de Economía pisará suelo chino y negociará la ampliación del cupo de libre disponibilidad del swap. También participará esta semana en una reunión del banco de los BRICS para obtener garantía y poder financiar las importaciones brasileñas. El equilibrista entre las tensiones de EE.UU. y China.

El ministro de Economía, Sergio Massa, estará esta semana en China que se realizará el martes 30 y el miércoles 31 de mayo en Shanghai una reunión del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), banco de los BRICS, donde se evaluará el cambio de uno de los artículos de la entidad financiera para lograr el financiamiento de las importaciones brasileñas (usando reales en vez de dólares) que negociaron el presidente Lula da Silva con el mandatario Alberto Fernández. Participarán de la delegación el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, Marco Lavagna y el diputado nacional Máximo Kirchner, entre otros funcionarios.

El FMI aún no respondió positivamente al anticipo de desembolso pedido por el Gobierno, mientras tanto el ministro amigo de Estados Unidos busca obtener fondos chinos y hace equilibrio entre las tensiones de Estados Unidos y China. El gobierno de Biden le pidió al presidente argentino cuando se reunieron en marzo que no ingresen los negocios chinos al país, así vetó la licitación del espectro de telecomunicación 5G, la construcción de centrales nucleares, la participación en la hidrovía y en otros proyectos de infraestructura estratégica.

A pesar del rechazo norteamericano el ministro de Economía tendrá encuentros con los representantes de Ganfeng Lithium y Tsingshan Holding Group (mineras y extracción de litio), CET – State Grid (transporte de energía eléctrica), China Gezhouba Group Corporation (CGGC) (represas), Power China (energía), y Tibet Summit Resources (minera). En busca de fondos se remata el país.

La agenda del ministro de Economía incluye una parada en Beijing para negociar la ampliación del uso de yuanes habilitados en el comercio bilateral correspondiente al swap con China a U$S 10.000 millones. El swap es de U$S 18.000 millones, a fines de 2022 el Gobierno anunció que el gigante asiático autorizó a que Argentina disponga libremente de U$S 5.000 millones de ese total. Ahora Massa negociará una ampliación de dichas divisas de libre disponibilidad. El Gobierno anunció que activó el swap con China para pagar en mayo con yuanes U$S 1.040 millones correspondientes a importaciones provenientes del país asiático.

Las negociaciones de Massa apuntan a financiar las importaciones en otras monedas ante la debilidad de las reservas del Banco Central. En el primer cuatrimestre del año el déficit comercial (se importó más de lo que se exportó) fue de U$S 126 millones. El déficit comercial con China en el mismo período fue de U$S 2.597 millones, y con Brasil de U$S 1.762 millones, según datos del Indec. Las importaciones de ambos países representaron el 42% del total en los primeros cuatro meses del año. Los acuerdos con China y Brasil le darían cierto respiro a Massa, pero la sangría de dólares no se detiene para financiar el resto de las importaciones por ser una economía atrasada y dependiente, por los pagos de la deuda (privados y pública), la remisión de utilidades de las grandes empresas extranjeras y las intervenciones en el mercado de cambios que podrían acelerarse si hay nuevas corridas cambiarias.

¿Argentina se salva con China? El país asiático no es un actor benévolo en el mundo como algunos sectores progresistas sostienen. China expolia los bienes comunes naturales en los países dependientes como el nuestro. Además, buscó ampliar su representación en las organizaciones que siguen siendo dominantes, como detalló Esteban Mercatante en “El ascenso de China y las ilusiones de una multipolaridad benigna”. Así, el gigante asiático tiene un tercer lugar por su participación en el capital del FMI aportado por los distintos países y de peso en el voto, que es de 6%. Esto quiere decir que China “es partícipe en las decisiones que se toman en materia de préstamos, y, lo que es más importante, de las condicionales que estos llevan asociadas”.

Nueva peregrinación a Washington a días del cierre de listas

Sergio Massa no se olvida de sus amigos del norte. Según trascendió en los medios el ministro viajará otra vez a Washington para negociar con el Fondo, se espera que viaje el 10 de junio. La fecha es cercana al cierre de listas, el 14 de junio vence el plazo para la presentación de las alianzas electorales, mientras que el 24 de junio es el fin del plazo para la presentación de listas de precandidatos.

La tensión con el Fondo ronda en qué hará el ministro con los dólares, ¿se dilapidarán en atender nuevas corridas? el FMI pretende que se utilicen para pagar los vencimientos. Según un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso, entre mayo y diciembre de este año la mayor parte de los vencimientos en moneda extranjera corresponden a los pagos al FMI por un total de U$S 12.045 millones. En este sentido, el Fondo exige una devaluación, se habla de un dólar oficial a $350. Pero un salto del tipo de cambio empujará al alza los precios y el ministro sabe que si la inflación se acelera ya no tendrá chances de ser candidato.

Massa quiere ser candidato, en el acto del 25 de mayo detrás de la figura de Cristina Fernández estaba el ministro de Economía y también el ministro del Interior, Wado de Pedro. La incógnita se mantiene: ¿el ministro será candidato? la economía no lo ayuda. En caso que lo sea, ¿Quién agarra la “papa caliente” y ocupa el cargo vacante?

La economía se desacelera

En el largo camino hacia las elecciones la economía se desinfla y los precios corren. La semana pasada el Indec dio a conocer el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) que solo subió 0,1% en marzo en relación a febrero y así mostró una desaceleración respecto a los meses anteriores. En el primer trimestre la actividad económica registró un incremento de 1,5%.

El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central estima que la economía profundizará su tendencia recesiva, y el Producto Interno Bruto descendería 3,1% este año.

La sequía afectó la actividad económica, el acuerdo con el Fondo y sus recetas impusieron tendencias recesivas en la economía como la suba de tasas de interés que encarecen el crédito y el consumo. El ajuste fiscal para cumplir con la meta del organismo y los salarios que están por detrás de la inflación también contribuyen a frenar la economía.

Por su parte, la inflación de mayo se mantendrá en niveles elevados. La consultora EcoGo proyecta que la inflación de este mes se ubicará en 9%, la consultora Analytica calculó un 8,9%. En tanto, la consultora LCG señaló que “el mercado descuenta de base un 8,5% de inflación en mayo, y algunas proyecciones privadas incluso la ubican por encima de ese valor”.

Los caminos que transita la economía en los próximos meses son sinuosos y no se puede descartar una caída al precipicio. El crítico nivel de la reservas, el rol del FMI, la incertidumbre electoral pueden despertar nuevas corridas cambiarias impulsadas por los sospechosos de siempre (banqueros, agroexportadores, grandes empresarios, especuladores), que agravará la inflación y provocará un mayor deterioro de las condiciones de vida de las mayorías populares. Un escenario intermedio con la asistencia del Fondo dará tiempo para la transición electoral, pero el organismo es el mismo de siempre más temprano que tarde presionará por un mayor saqueo. Hay que prepararse para enfrentar los planes ajustadores en marcha.

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