El CPI del MST termina con la derrota de Salles y expone el ‘fracaso de la extrema derecha’. Incluso frente a la primera línea del bolsonarismo, el movimiento sale victorioso.
El fin de la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) que investigó al Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), confirmado este miércoles (27), también confirmó el fracaso de la extrema derecha bolsonarista en la Cámara de Diputados, en particular, por la comisión ponente, Ricardo Salles (PL-SP).
Salles, ex ministro de Medio Ambiente durante la presidencia de Jair Bolsonaro (PL), vio el espacio en la comisión como una extensión de su oficina en el departamento. Durante los 130 días del CPI rescató datos e información de su etapa al frente del Ministerio e insistió en la criminalización del MST, movimiento con el que siempre tuvo antagonismo.
Este, que fue el quinto CPI organizado para investigar al MST, se convirtió en la gran apuesta del bolsonarismo para el primer año de gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT). La primera línea de extrema derecha pasó a formar parte de la comisión. Por la presidencia y relator, Zucco (Republicanos-RS) y Salles. Entre los integrantes, Zé Trovão (PL-SC), Evair de Mello (PP-ES), Coronel Chrisóstomo (PL-RO), Delegado Éder Mauro (PL-PA), Caroline de Toni (PL-SC), entre otros.
El escenario era perfecto para que Ricardo Salles aprovechara su principal objetivo post-Bolsonaro: viabilizar su candidatura a la alcaldía de São Paulo en 2024. El exministro enfrenta el escepticismo del PL, su partido, sobre las posibilidades de su victoria y la voluntad del expresidente en fortalecer la relación con el actual alcalde, Ricardo Nunes (MDB).
El disparo. por lo tanto, es posible que haya resultado contraproducente. “Salles ciertamente intentó utilizar el CPI para impulsar su candidatura, para que apareciera en los medios y hiciera circular más su nombre, para que otras personas en los círculos políticos y empresariales lo vieran. Pero no funcionó, no no sólo porque la candidatura no avanzó, sino porque en el CPI era una figura descolorida”, dijo Camila Rocha, politóloga e investigadora del Centro Brasileño de Análisis y Planificación (Cebrap).
Para el politólogo Rudá Ricci, la candidatura de Salles puede haber quedado en el camino y la comisión perdió visibilidad. “Cada IPC es una plataforma. Resulta que con el fracaso de la extrema derecha, el IPC se quedó confinando como un tema de la burbuja progresista. Incluso la prensa dominante dejó de destacarlo como un tema candente, excepto para revelar la fragilidad de La bancada extremista y ruralista.”
La baja adherencia al IPC , en la opinión pública, también se reflejó en el resultado final de la comisión. “No lograron criminalizar al MST en la opinión pública. De hecho, terminan hablando con los conversos. En todo caso, sólo acentuaron la percepción que estas personas ya tienen. Sólo destacaría las acciones de Kim, que tal vez lograron difundir a más personas estas ideas. Aún así, en general, simplemente reforzaron una idea que ya estaba presente en sus audiencias”.
“El bolsonarismo fue quemado”, dice Ricci. “Nadie esperaba este éxito del MST, que, de hecho, ha perdido mucho espacio en los últimos años debido a que el Programa Bolsa Familia eliminó parte de la base social de las ocupaciones. El MST resurge en la escena política como un “Gran colectivo productor, que defiende la agroecología y mantiene una ideología de izquierda y popular. Cambió de perfil y se adaptó al nuevo siglo, además de adaptarse al lulismo. No podría ser mejor para esta organización.”
Por Brasil de Fato
Edición: Thalita Pires
