Del muestreo que se realizó entre 2011 y 2016 sobre frutas, verduras y hortalizas por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), se desprendió que de los 65 agrotóxicos detectados, 10 están prohibidos o no permitidos, y 5 de ellos son muy peligrosos.
El informe se dió a conocer a través de un pedido de información pública que realizó la ONG Naturaleza y Derechos ante la falta de información oficial a respecto. La cantidad de pesticidas, herbicidas y fungicidas descubiertos en los alimentos que consumimos se puede ver detalladas en su página web, así como también, el informe completo del Senasa: www.naturalezadederechos.org.
El 49% de los activos encontrados son reconocidos agentes cancerígenos, y el 48% son disruptores endócrinos, esto es, sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal. En menor medida, también se hallaron agentes teratógenos -que pueden «producir alteraciones morfológicas o funcional en el periodo postnatal y que actúa durante el periodo embrionario o fetal»-, e inhibidores de las colenisterasas.
Dentro de los más peligrosos se encuentran los agentes mutágenos, con un 9% sobre el total de agrotóxicos detectados por el organismo de control. Estos activos «pueden inducir cambios en el material genético, provocando alteraciones en el ADN que se trasladan a generaciones de células o individuos», lo que provoca un «daño trasngeneracional», advirtieron desde la ONG que analiza la presentación de un recurso de amparo.