Más de nueve millones de niños, niñas y jóvenes de todo el mundo viven sometidos a alguna forma de esclavitud. Para concientizar sobre esta situación se dispuso el 16 de abril se celebra el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil como homenaje al niño indio Iqbal Masih, vendido a la edad de 4 años por su padre para saldar una deuda de 600 rupias. Desde entonces el niño hubo de trabajar 12 horas diarias para saldar la deuda familiar.
A Iqbal Masih su padre lo cedió a una fábrica de alfombras de Punjab a cambio de un préstamo para pagar la boda de Aslam, el hijo mayor. Era un hecho habitual: los hijos menores eran entregados a cambio de préstamos, para casar a los mayores. En aquellas circunstancias, Iqbal y Patras, el otro hermano menor de Aslam, debían mostrase «solidarios» con su hermano mayor.
En esos casos, los patrones de las fábricas recuperaban el dinero prestado descontando una parte del salario mensual acordado con sus obreros esclavos, o con su familia en el caso de menores, lo que forzaba a los trabajadores a permanecer a su servicio hasta la restitución total de la deuda. Pero la deuda no se amortizaba nunca, al contrario, crecía con nuevos prestamos a la familia, y el patrón se podía seguir beneficiando de aquel trabajo en condiciones de esclavitud.
Fue en estas circunstancias que el 1987 Iqbal empezó a trabajar más de 12 horas diarias haciendo alfombras para devolver el préstamo. En 1992, conoció a Ehsan Khan, un activista que luchaba por erradicar las situaciones de esclavitud en el trabajo. Siguiendo su ejemplo, el niño empezó a participar en las denuncias de las deplorables condiciones laborales en las que otros muchos niños como él trabajaban en los telares, talleres y fábricas.
Iqbal se convirtió en una molestia para muchos de los empresarios que se enriquecían con el trabajo infantil, y el 16 de abril de 1995 fue asesinado de un disparo mientras montaba en bicicleta en Muridke, Pakistán: sólo tenía 12 años.
Foto titular: CódigoSanLuis – Archivo Histórico
