Con la primera helada del año en los barrios de Santa Rosa, las elecciones comenzaron con normalidad. Sin demasiadas quejas, con algunas desproligidades propias de Presidentes de mesa noveles. Desde muy temprano comenzaron los votantes a llegar a los establecimientos educativos a sufragar. Algunos solos movidos por la conciencia cívica y otros en vehículos partidarios convencidos de votar a un candidato.
Los referentes de cada lista votaron por la mañana y realizaron declaraciones de circunstancia, cada uno con la esperanza puesta en superar las espectativa.
Solo dos candidatos esperan ganar. De un lado y el otro confían en ser electo o reelecto. Sin la inquietud que ponga en riesgo la marcada supremacía de años puesta en evidencia por la alternancia de los dos partidos mayoritarios en el municipio.
En el orden provincial todo indica que el partido del gobierno revalidará títulos y es posible que no se produzcan sorpresas. Aunque está fresco el susto de la elección de medio término donde el oficialismo ganó por escaso margen. Pero el momento político es diferente. De ahí la confianza del candidato elegido por el actual gobernador.