Por Claudio Acosta. Medico Generalista
Desde comienzo de la pandemia se habla de crisis y emergencia sanitaria. De ahí que no es de extrañar que estemos atravesando esta difícil situación. El sistema de valores en el que vivimos nos puso en esta encrucijada, y localmente tenemos arraigada la idea que a esta provincia no llegan las “cosas malas” ajenas a nuestra pampeanidad.
Así se naturaliza lo injusto, la indiferencia y falta de solidaridad con lo colectivo. En La Pampa para gran parte de la sociedad no existió la represión estatal como tampoco existen los asentamientos. Con ese pensar es difícil entonces estar preocupados por el colapso del sistema sanitario.
Resulta que los números y el día a día nos muestran lo equivocados que estamos. Es evidente que las camas de terapia tienen límite y saberlo nos impacta. Pero fundamentalmente es el recurso humano del sistema de salud el que tiene finitud. El agotamiento mental y el cansancio físico del personal inevitablemente repercute en la calidad de la atención.
Hoy hay largas colas de gente hisopándose en centros de salud y hospitales. Tal vez no tengamos conocimiento de cómo está funcionando el sistema para afrontar la pandemia. Sobre este punto las autoridades de salud deberían dialogar más con la población. Es difícil valorar lo que no se conoce y/o comprende.
En la provincia es extensa la red de abordaje y atención de la pandemia. Sin embargo tenemos la sensación de que el esfuerzo no es valorado lo suficiente. En muy pocos lugares existe el nivel de acompañamiento y cuidados que tenemos en La Pampa. Incluso se trabaja de esa manera no solo con las personas con diagnóstico de covid sino también con las personas contactos estrechos que también permanecen aisladas. Todos los equipos de salud publica de los diversos niveles de atención están abocados a esta crisis. La terapia es la última trinchera donde el sistema de salud puede dar respuesta. Su importancia no se discute porque allí se define el desenlace de las personas. Eso es conocido por la población siendo sin embargo no tan conocido el enorme trabajo e importancia que tiene el resto de la red de atención. Me parece necesario socializar esa información para conocer, comprender y tal vez sentir de otra manera.
Toda esa estructura de atención y respuesta a la pandemia es llevada a cabo por equipos de salud. Quienes lo conforman no son heroínas ni héroes. Son laburantes que forman parte de la sociedad. Una sociedad que cree que lo que NO puede ver y/o afecta, NO existe o NO va a suceder. Error: desde el punto de vista sanitario en La Pampa lo peor puede suceder. Porque a pesar de las políticas sanitarias acertadas de poco sirve sino existe el compromiso de la comunidad.
Podríamos preguntarnos también porque deberíamos en pandemia ser diferentes a como lo somos diariamente en nuestras vidas? Respondemos a la pandemia como lo hacemos con otras tantas situaciones de la cotidianeidad. Tal vez este sea momento de ser más comprometidos como sociedad. Pero también es necesario darle las herramientas (conocimiento y participación) a la población para lograr esa responsabilidad que necesitamos en esta crisis que nos está sorprendiendo y asustando. Vacunas, tapa bocas, jabón blanco y distanciamiento social. No hay nada más importante y determinante para este momento de crisis que ser solidarias y solidarios.
