La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) proclamó en noviembre del 2011, al 30 de abril como el Día Internacional del Jazz para celebrar este arte y destacar su importante papel en el fomento del diálogo, la lucha contra la discriminación y la promoción de la dignidad humana.
La historia de este género musical, nacido a finales del siglo XIX en los Estados Unidos, se enmarca en los esfuerzos por defender la dignidad humana, la democracia y los derechos civiles. Sus ritmos y su diversidad reforzaron la lucha contra toda forma de discriminación y de racismo.
Esta conmemoración es una oportunidad para fomentar la idea de que no se trata tan sólo de un estilo de música, sino de que el jazz contribuye también a la construcción de sociedades más inclusivas. La música de jazz es considerada como herramienta educativa y como motor para la paz, la unidad, el diálogo y el refuerzo de la cooperación entre pueblos.
La Unesco porpone que el jazz puede ser el eje para reflexionar sobre la libertad de expresión, además de considerarlo un símbolo de unidad y paz. Afirma que reduce tensiones entre individuos, grupos y comunidades y fomenta la igualdad de género.
Por esto es que juega un papel importante en el cambio social ya que estimula el diálogo intercultural y facilita la integración de jóvenes provenientes de medios marginados. El jazz promueve la innovación artística, la improvisación, nuevas formas de expresión y la integración de músicas tradicionales en las formas musicales modernas.
