La industria nacional atraviesa uno de los momentos mas dificultosos de los últimos tiempos. La crisis económica golpea con despidos y cierres de fabricas en todo el país.
Macri abrió indiscriminadamente las importaciones, obedeciendo los dictados del G20 y del FMI e inmediatamente puso en crisis el empleo y las empresas nacionales.
Una de las pocas y mas importante de las industrias radicadas en nuestra provincia, acaba de cerrar sus puertas, despidiendo a la totalidad de su planta de operarios.
Se concreta lo que cualquier ciudadano informado sabia que ocurriría. Sin embargo, ni una sola medida tomó la dirigencia sindical para defender la fuente laboral durante este tiempo.
En tandas fueron despidiendo a los operarios y el sindicato que los nuclea, sólo gestionaba los montos de despido. Asesoraban cuánto había para cobrar. Afirmaban que nada se podia hacer y si se tomaban medidas solo habría nuevos despidos.
Esta dirigencia inocua, muestra su incapacidad cuando el mismo dirigente sindical se da despedido. En el país sobran ejemplos de fábricas recuperadas y gestionadas por sus trabajadores o constituyendo cooperativas para seguir produciendo.
Nada de esto se hizo, quedan sin trabajo cientos de operarios, muchos de ellos sin tener otros oficios y con un promedio de edad superior a los 45 años. Muestra de ello es la imagen marchando juntos a la cabeza de la multitudinaria movilización del 24 de septiembre.
Seguramente que se verán en dificultades graves para conseguir otro trabajo en relación de dependencia. La mayoría, con este modelo de exclusión social, pasarán a ser trabajadores precarizados en negro.
Lamentablemente, engrosarán el ejército de desocupados hasta tanto no se modifique el modelo por otro de inclusión social