BIENVENIDO AL 132

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Es hijo de Mercedes del Valle Morales, desaparecida en 1976 en Tucumán.

 

A menos de una semana de restituir la identidad del nieto 131, la organización Abuelas de Plaza de Mayo anunció este miércoles en Buenos Aires el hallazgo del nieto 132. La presidenta de la organización, Estela de Carlotto, anunció que el nieto recuperado se llama Juan José y es hijo de Mercedes del Valle Morales, desaparecida en 1976 en la provincia de Tucumán, al igual que un tío de Juan, Julio César Morales, y sus abuelos, José Ramón Morales y Toribia Romero, quienes también permanecen desaparecidos.

En ese momento, Juan José tenía apenas nueve meses de vida y pasó a vivir con una familia que era propietaria de una finca en la que trabajó Mercedes del Valle Morales hasta su desaparición.

Carlotto informó que el nieto restituido estaba en busca de su verdadera identidad desde 2004, cuando sus apropiadores murieron y sus hermanos de crianza le informaron que no era hijo biológico de la pareja. Le entregaron su documento de identidad original y en ese momento Juan José decidió asistir a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad.

Según relató la titular de Abuelas, Juan José entregó su perfil genético al Equipo de Antropología Forense para determinar si era hijo de desaparecidos y se pudo constatar que era hijo de Mercedes del Valle Morales. Tiempo después, en 2010, ese equipo identificó los restos de su madre en el Cementerio del Norte de Tucumán.

De todas maneras, de acuerdo a lo que relató Carlotto, la historia para recuperar su identidad mantenía pendiente la información sobre su padre, ya que persistían las dudas de Juan sobre la persona que lo anotó como su hijo y lo crió hasta su muerte. Finalmente, después de exhumar su cuerpo por orden de un juzgado federal de Tucumán y la oficina en esa provincia de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, se conoció que no era su padre biológico.

 

“La causa seguirá abierta y esperamos que esta conferencia contribuya para que quienes tengan un dato de Mercedes del Valle Morales lo aporten”, dijo Carlotto. “A pesar del dolor que trae esta tarea, que es la de reconstruir lo que la dictadura quiso borrar, seguimos celebrando por un 2023 con más encuentros y con más identidades”, dijo la presidenta de Abuelas.

“Siempre tuve dudas”, dijo el nieto recuperado, y durante una accidentada charla virtual señaló que le llamaba la atención a la gran diferencia de edad con el hombre y la mujer que lo criaron. En 2004, tras la muerte de ambos, sus hermanos de crianza la contaron la verdad y le dieron su verdadero documento de identidad, donde figuraba el nombre de su madre.

Su filiación materna pudo confirmarse seis años después, cuando los restos de Mercedes fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en 2010 en el cementerio norte de Tucumán.

Tras la conferencia, en diálogo con Radio Nacional, Juan contó que “fue un poco complicado y que llevó mucho tiempo”.  “Se puede decir que hoy se cerró una gran etapa de mi vida y esperamos seguir cerrando la que falta”, sostuvo y agregó: “No hay nada mejor que saber de donde viene uno. Recuperar la identidad es algo hermoso”.

 

Pietragalla destacó la responsabilidad civil de los sectores de poder con la dictadura ya que el responsable de la apropiación fuer el patrón de su madre. Mercedes militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y vivía y trabajaba junto al resto de su familia en esa finca en la localidad de Monteros, a unos 60 kilómetros al sur de la capital provincial. Tras su secuestro, el bebé fue entregado a los dueños de la propiedad, quienes años después lo adoptaron mediante un procedimiento con apariencia de legalidad, aunque nunca le contaron la verdad.

El secuestro de Mercedes, su madre Toribia Romero de Morales, su padre, José Ramón Morales y sus hermanos, José Silvano Morales, Juan Ceferino Morales y Julio César Morales, no fue juzgado aún y forma parte de la investigación conocida como “Zona de operaciones”, sobre los hechos que quedaron afuera de los límites territoriales del Operativo Independencia de Tucumán pero ocurrieron en el mismo período de tiempo.

A partir de la búsqueda iniciada por Juan José en 2004, la fiscalía de Tucumán pudo reconstruir el grupo familiar que había sido diezmado por la dictadura. Con su muestra de sangre entregada al Banco Nacional de Datos Genéticos en 2008 se estableció la filiación con sus tíos maternos y luego el EAAF pudo identificar a su madre en una fosa común en el Cementerio del Norte de Tucumán.

Varios dirigentes políticos y organizaciones sociales celebraron el miércoles la restitución de la identidad del nieto 132. “La búsqueda sigue y los encuentros también”, manifestó HIJOS Capital.

“¡Las Abuelas lo hicieron de nuevo! Gran alegría por la restitución de la identidad de otro argentino, el nieto 132”, tuiteó la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández. También el ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus, celebró la recuperación del nieto 132 y agradeció a las Abuelas de Plaza de Mayo “por su ejemplo de lucha por Memoria, Verdad y Justicia”.

La semana pasada, la organización había logrado restituir la identidad del hijo de Lucía Ángela Nadín y Aldo Hugo Quevedo, dos mendocinos desaparecidos en 1977. Se conocieron en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cuyo y se casaron seis meses después. Fueron secuestrados cuando viajaron a Buenos Aires, luego de la detención de un compañero de trabajo. Para entonces Lucía tenía dos o tres meses de embarazo y la familia no estaba enterada de que iban a tener un hijo. Lo supieron por sobrevivientes de los centros de detención donde estuvo secuestrada Lucía. La familia Nadín dejó una muestra de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos y así fue posible identificar al nieto 131.

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