Una muerte producto de la desigualdad

0
173

* Por las compañeras de Siembra.

El mundo es muy injusto, sin embargo también es maravilloso. Hoy me crucé con la canción de “Un mundo maravilloso” en versión de Karamelo Santo. Es el mundo de nuestra América, nuestro lugar en el mundo, habitado por la América india, negra y luchadora. El mundo de Chávez, Evo y el Che. Aunque los tres sean varones, encarnan partede nuestros ideales latinoamericanos. Este mundo maravilloso e injusto me llevó hasta Ramona.
Ramona Medina se contagió de Covid 19. Hoy está internada por ser una persona en riesgo, es diabética e insulino dependiente. Ella es comunicadora social para la Garganta Poderosa. Vive en la villa 31 de CABA. Desde hace semanas que no deja de gritar por las urgencias. Es urgente que haya agua y cuidado para quienes habitan el barrio.

No estaba gritando por tecnología, o abrigo o vivienda, que siempre son necesarios y no alcanzan, estaba pidiendo por agua. Todas nosotras nos ponemos sus zapatos, tomamos sus baldes y recorremos sus territorios. Sabemos de qué se trata. Queremos decirle a Ramona que en ella nos identificamos. Que va a salir de esta con más fuerza y más garra. Ramona nos duele, como duele cada nueva enferma, luchadora, de cada barrio humilde del mundo.
Las Ramonas siempre vamos a ser mujeres, porque es muy difícil encontrar en estos pluri-roles a los varones.

Nosotras somos las que nos ponemos al hombro a nuestras familias, niñes y ancianes; somos las que organizamos nuestros barrios; somos las que reclamamos por las mejoras necesarias; fuimos las que pusimos en pie los comedores comunitarios en los momentos más difíciles de nuestra historia; fuimos las que sostuvimos las copas de leche en momentos mejores y peores; somos las que peleamos por escuelas populares porque queremos que se garantice el derecho a la educación para todes; somos las que nos preocupamos por la falta de alfabetización de les adultes; somos las que socorrimos a la vecina envenenada a punto de morir; somos las que auxiliamos a la compañera golpeada o maltratada; fuimos las que lloramos las pequeñas muertes de las niñeces, somos las que construimos las casas de las mujeres, refugios contra la violencia machista; somos las que con fuerza y alegría llenamos las calles en cada reclamo, por cada necesidad y por un mundo mejor. Porque pensamos que un mundo mejor está siendo posible por tenernos y luchar juntas. No queremos ser quienes nos enfermemos primero. Pero pasa y seguirá pasando, porque estamos al frente de cada batalla y salimos a pelearla cada día.

Hoy nos preguntábamos en charlas por whatsapp, cuál sería un mundo maravilloso para nosotras. Las frases y las palabras nos iban conectando con ideas que se repetían. Surgía la necesidad de lograr la igualdad de oportunidades para todes, terminar con la desigualdad entre los que más tienen y los que menos tenemos, que haya igualdad de trabajo para hombres y mujeres y se garanticen los derechos de las mujeres y les niñes. Algunas ponían un fuerte acento en el dolor que nos causa el hambre y la necesidad de terminar con la pobreza; otras pensaban en la discriminación hacia las personas inmigrantes. Algunas se preocupan por el medio ambiente y los niveles de contaminación de nuestra tierra y otras están preocupadas por la salud; no quieren enfermarse y ser alejadas de sus hijos. También surgían, fuertes reflexiones sobre el necesario acceso a la vivienda, a un trabajo digno para vivir en libertad y que nuestros niños/as sean una prioridad y no un olvido en la sociedad.

El machismo y la violencia contra las mujeres se presentan como una urgencia en muchas compañeras. Alguna decía que le gustaría que no haya más violencia para las mujeres, cambiar a los varones machistas y no perder las esperanzas de que deje de haber maltratos. Algunas otras piensan que para lograr cambios también tenemos que cambiar nosotras, ser más honestas, empáticas, comprensivas, humildes y solidarias. Las mujeres somos increíbles, no sólo somos críticas del mundo sino de nosotras mismas, aun en los momentos más difíciles.

A pura voluntad, vamos por el mundo, pero sabemos muy bien que si no logramos terminar con la pobreza de millones y la riqueza brutal, mezquina, asesina, burlona y miserable de unos pocos ricos que se quedan con lo que no les pertenece, nuestro mundo soñado no es posible. Por eso afirmamos que es urgente que la riqueza se reparta y que tengamos un objetivo global a esta pandemia global. Cuando dejemos atrás este mundo pandémico que sea sin pobreza y habiendo destruido la desigualdad social, racial y de género.

Para nosotras un mundo maravilloso donde nos gustaría vivir es como un mundo donde las personas, los seres, la tierra, las cosas se comunican y como que se entienden, se respetan, se ayudan. Crecen en comunidad. Donde hay espacio para la lluvia, el sol, el viento. Donde las personas puedan sentirse, y ser libres, eligiendo cómo vivir o dónde, de qué manera y que eso sea fuente de felicidad. Es decir sin tanto de esos mandatos culturales, por ejemplo la familia tradicional. Un mundo donde a nadie le falte para comer, vivir, vestir ni una casa. Donde el trabajo sea sin patrones y fuente de creatividad para vivir mejor, vivir bien. Un mundo donde se cuida y se ofrecen o construyen oportunidades y desafíos, colectivos y personales. Un mundo donde se pueda amar libremente. Un mundo con menos autos y más música, más árboles. Sí, pensamos para nuestros adentros, ¡qué mundo maravilloso!

Escrito por Mary, Clemi, Magali, Marina, Milagros, Elizabeth, Ruth, Graciela, Soledad, Magui, Elina, Miriam, Lidia, Coty y Cris
Coordinadoras territoriales de Siembra La Plata.

La Poderosa, Resistencia Villera

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí