Pilar Galende, médica y presidenta de la Asociación Pampeana de Medicina General, Familiar y Equipo de Salud brindó detalles de los planteos que realizaron en el Pronunciamiento ante a Pandemia Covid-19.
«Tenemos que enfrentar esta pandemia con una gran fragmentación. Esta fragmentación que señalamos no es una cosa nueva, es una cosa que se devela en el contexto de la pandemia pero que si nos obliga a pensar y también, más adelante, poder rediscutir como deben ser los sistemas sanitarios para garantizar equidad» expresó Galende.
Reproducimos el documento completo:
Frente a este duro momento que nos toca atravesar, queremos manifestar nuestra preocupación por el derecho pleno a la salud en los tiempos que vienen así como reafirmar nuestro compromiso con la Salud Colectiva .Estamos asistiendo a un momento excepcional de nuestra historia contemporánea, en la cual inevitablemente diversas latencias que subsisten en las porosidades de nuestra vida social, hoy se reconfiguran en nuevos escenarios de crisis en el campo más amplio de la salud, no sólo en el plano de la respuesta sanitaria, sino también en inequidades previas a la pandemia como el acceso a la vivienda, la tierra, la alimentación, el trabajo, cuyo impacto es directo en el estado de salud de las personas y las comunidades. Quienes trabajamos en los equipos del primer nivel de atención sabemos profundamente de sus dolencias.
El sistema de salud que enfrenta la pandemia no es una excepción. Un sistema fragmentado, desfinanciado, con una demanda creciente producto del impacto económico, con escasa incidencia del Estado sobre el subsector privado, pone en eje la necesidad de fortalecer los recursos físicos y sobre todo humanos de la salud pública, de la cual dependerá en su mayor parte el control de la pandemia y deja abierta la discusión sobre la reforma del sistema hacia otro con mayor intervención y regulación estatal, solidario y equitativo.
La rápida diseminación del virus Covid-19 nos ubica ante un desafío gigantesco, el cual no puede afrontarse sino colectivamente. Sabemos por los análisis epidemiológicos de los/as especialistas que el paso dela pandemia por nuestros territorios nos enfrenta a un lapso de tiempo aún imprevisible, en el que el diagnóstico y asistencia de las personas contagiadas irá en crecimiento. Al mismo tiempo, las condiciones de salud en un sentido integral se verán resentidas para amplios sectores, producto del impacto económico, que tendrá a los más vulnerables entre sus principales damnificados. Las problemáticas de salud que habitualmente acompañamos los equipos de atención primaria, sin embargo, no se toman cuarentena y hasta es esperable que en este contexto asuman mayores dimensiones por la complejidad del escenario.
Es fundamental en este sentido poner particular esfuerzo en dar respuesta al impacto en la salud mental, con servicios accesibles para la consulta y el acompañamiento de usuarios/as y sus núcleos familiares ; atender a las necesidades en salud sexual, reproductiva y no reproductiva, entendiendo el acceso a anticonceptivos y la ILE como demandas de urgencia; garantizar la continuidad de tratamientos hormonales para la población trans; fortalecer las estrategias de abordaje de las violencias por cuestiones de género ; facilitar el acceso a la medicación de los/as pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles; y sostener el seguimiento del embarazo y niños/as pequeños/as. Y es fundamental asimismo acompañar a los equipos de salud, no sólo en la capacitación y la provisión de los recursos necesarios para su protección personal, que es imprescindible, sino también en la prevención del desgaste profesional, especialmente el agotamiento psíquico y emocional.
Sin dudas, la salida de la pandemia es necesariamente colectiva. Son muchísimos los ejemplos de solidaridad que surgen de nuestro pueblo para hacerle frente. Más que nunca nos convoca a pensar y efectivizar políticas integrales, en las cuales sin dudas las autoridades sanitarias tienen una responsabilidad ineludible, pero no exclusiva. El cuidado de la salud debe incluir una respuesta intersectorial que garantice ampliamente el derecho ciudadano a gozar de salud, con la presencia fundamental del Estado sin que aquello implique abusos sobre las vidas de las personas. Desde un enfoque estratégico en salud, sería importante incluir la voz y la experiencia de los equipos de trabajo de los territorios y la comunidad como aporte en la construcción de dicha respuesta. Es difícil pensar en el sostenimiento de la principal medida de prevención como es el aislamiento social sin su participación por un tiempo sostenido.
Como profesionales, nos comprometemos en dar nuestro aporte científico y humano, en nuestros equipos de trabajo, barrios y pueblos, desde nuestras funciones de gestión y junto con otras asociaciones de profesionales y colectivos de la sociedad comprometida con la Salud.