«Porque si me vuelvo loco, les puedo hacer mucho daño a todos ustedes.»
El presidente Mauricio Macri aprovechó su paso por Mendoza, donde participó del encuentro del G20, para orquestar un nuevo timbreo. Como en otras oportunidades, fue todo fríamente calculado durante la puesta de escena y todo fue registrado por sus propios fotógrafos y trasmitido a través de las redes sociales.
Sin embargo, pese a los cálculos, el mandatario no pudo evitar exteriorizar su antipatía de clase. Así, al visitar y charlar con una familia lanzó una serie de frases aterradoras.
Entre ellas, Macri afirmó: «Tengo que estar tranquilo, en lo que más trabajo es en no volverme loco, porque si me vuelvo loco les puedo hacer mucho daño a todos ustedes».
En esa charla la mujer que visitaba le consultó: Cómo hace para descansar, para separar lo personal de la política-económica que vive el país.
Macri volvió a hablar de las «seis tormentas seguidas» que tuvo que atravesar. La dueña de la casa le había dicho previamente: «Se lo ve bien y sonriente». El mandatario habló del «trabajo interno» que realiza para pasar la crisis del país.
«Trabajo mucho conmigo mismo, en mi interior, tratando de mantener la calma», comenzó a explicar y luego exaltó: «Tengo que estar tranquilo, en lo que más trabajo es en no volverme loco, porque si me vuelvo loco les puedo hacer mucho daño a todos ustedes». Luego habló de lo importante que eran los afectos y se autocalificó como un «experto en los rompecabezas con Antonia».
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