En Colombia una niña indígena de 12 años fue violada por un grupo de ocho militares en el territorio de la comunidad Embera Chamí, al oeste del país.
Según el gobernador Juan de Dios Queragama, la agresión a la menor se produjo el pasado domingo 21 de junio. El hecho ocurrió una semana después de que el Congreso aprobara una reforma constitucional para imponer la prisión perpetua a violadores y asesinos de menores de 14 años, aunque todavía esa normativa no ha sido promulgada por el presidente derechista Iván Duque.
Según datos oficiales, en 2019 más de 22 mil menores de 18 años fueron víctimas de delitos sexuales y 708 de homicidio en aquel país.
Esta semana hubo protestas en Bogotá, la capital, en contra de la violencia. «La violación de la niña embera, la denunciamos. Denunciamos al Ejército violador. Exigimos los derechos de las mujeres”, coreaban los manifestantes.
Esa movilización ocurrió en momentos en los cuales la conducta de miembros del Ejército es cuestionada por denuncias de abuso sexual, asesinato de civiles, espionaje y corrupción.
“Levantamos nuestra voz en contra del terrorismo de estado y de las fuerzas represivas, violadoras y asesinas #ElEncierroNOmeCalla», manifestó, por su parte, el movimiento político y social Congreso de los Pueblos.
Si bien la movilización fue convocada para condenar el caso de abuso sexual contra la menor, se sumaron grupos de transportistas, afectados por los efectos del nuevo coronavirus, y grupos de derechos civiles que rechazan la presencia en Colombia de asesores militares de Estados Unidos para supuestamente luchar contra el narcotráfico.
La violación de la niña indígena no es un hecho aislado, sobre todo durante la actual pandemia en la cual se ha incrementado la violencia contra las mujeres y los feminicidios.
El día en que ocurrieron los hechos, la menor salió de su casa en busca de unas frutas y no regresó.
En la actualidad la niña está bajo protección del Bienestar Familiar en Pereira. Parte de su familia se vio obligada a dejar su casa para acompañarla a la capital del departamento.
“La niña fue muy valiente, porque apenas la encontraron de inmediato le contó a la familia lo que le había pasado”, señaló al diario Justicia un líder comunal de la zona.
El gobernador del resguardo, Juan de Dios Queragama, declaró: “A la niña la violaron en la escuela Pío XXII del corregimiento de Santa Cecilia, la que se encuentra ubicada a unos 20 minutos. Este sitio está cerca de la montaña”.
Por su parte, Raúl Guasiruma, líder en derechos humanos del Resguardo Unificado Embera Chamí, le reveló a El Tiempo que hace cerca de 12 años, en la comunidad La Loma, ubicada en el interior de ese territorio indígena, “la fuerza pública abusó de mujeres indígenas, pero en ese momento, por la violencia que teníamos, no fue tan público, no se denunció, pero al interior de las comunidades sí se reflejó. A las autoridades nos tocó quedar callados”, dijo.
Sobre el proceso judicial que se sigue a los implicados hay ya muchas dudas, de hecho la decisión del juez que lleva la causa fue la de ordenar la detención de los violadores en una unidad militar –batallón Pedro Nel Ospina en Bello, Antioquia– y no en una cárcel.
Telesur