A los 93 años, falleció uno de los arqueros más emblemáticos del fútbol argentino. Supo defender el arco de la Selección y convertirse en ídolo de River.
La triste noticia ocurrió a las 4.40 de la madrugada de este viernes en Buenos Aires, donde residía desde hace varios años junto a su familia.
Su nombre completo era Amadeo Raúl Carrizo Larretape, quien debutó en River en 1945, a los 18 años, y jugó su último partido en 1968, con 42 años. Contaba con unos magistrales dotes para el arco animandose a hacer cosas que ningún guardameta había imaginado, al punto de convertirse en el primer arquero-jugador, saliendo de los tres palos y anticipándose a las jugadas. Fue maestros de muchos entre ellos Ubaldo Fillol y Hugo Gati, dos leyendas del fútbol.
Carrizo, para muchos el mejor arquero de la historia del fútbol argentino, vivió muchos momentos de gloria, desde ‘La Máquina’ de River de los años cuarenta hasta ‘La Maquinita’ de los ’50. Fue dueño de la valla invicta de la selección argentina en la Copa de las Naciones de 1964.
“Yo fui un arquero que nació arquero, de esos que tienen habilidad de jugador de campo, de saber pegarle a la pelota, de gambetear, de cabecear. Pero para eso, hay que llevar al arco confianza, técnica, intuición para salir a cortar una jugada. Yo fui de esos arqueros que impiden la última instancia”, recordó hace poco.
La Federación Internacional de Historiadores del Fútbol lo eligió como el mejor arquero sudamericano del siglo XX. Durante sus 24 años (1945-1968) como arquero de River, Carrizo jugó nada menos que 520 partidos, además de otros 24 por Copa Libertadores y 20 con la camiseta argentina y con 42 años, en 1968, batió el récord de imbatibilidad con 769 minutos sin recibir goles hasta que el joven delantero de Vélez Sársfield, Carlos Bianchi, le puso fin a la racha.
