Superando una larga serie de provocaciones, amenazas y un descomunal cerco represivo, la movilización convocada por organizaciones piqueteras, sindicales y de derechos humanos se abrió paso para llegar hasta la Plaza de Mayo, donde se realizó un acto a 22 años del Argentinazo y se leyó un documento, contra el ajuste del gobierno y en defensa del derecho a manifestarse.
La jornada fue tomada por el gobierno como una prueba de fuerza para aplicar el protocolo antipiquetes de Patricia Bullrich, militarizando las autopistas de entrada a la ciudad y el centro de la misma con un fenomenal despliegue de tropas de Gendarmería y la Policía Federal, al punto que el ministro de seguridad porteño Diego Kravetz se desligó en declaración públicas de lo realizado durante el operativo. El escenario recordó a la dictadura militar, con personal policial subiéndose a los colectivos para fotografiar a los pasajeros, incautando ómnibus que trasladaban manifestantes, haciendo escuchar en los trenes y en las estaciones un audio que con una voz neutra advertía que “si vas a la marcha y cortás, no cobrás”, y luego, una profusión de cartelera con la misma frase.
Sin embargo, todo este circo de la Bullrich se vino abajo por la fuerza de miles de manifestantes que desbordaron los cordones policiales y agitando sus banderas entonaron a voz en cuello la consigna “Ahora el protocolo se lo meten en el culo”, haciendo referencia a las medidas represivas lanzadas por la Bullrich.
El propio gobierno otorgó una centralidad política a esta pulseada, con el mismo Javier Milei monitoreando el curso de los acontecimientos desde la central de policía, junto a Bullrich y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. La realización de la movilización y del acto frente a la Casa Rosada es un triunfo de las organizaciones populares, para lo cual hasta se modificó horas antes la cita de concentración para garantizar el desarrollo de la manifestación.
El documento denuncia que el gobierno de Javier Milei lanzó “una declaración de guerra contra los derechos laborales, sociales y democráticos de los trabajadores y el pueblo”, y puntualiza que “Milei reutiliza la inflación como un mecanismo de ajuste para golpear los salarios y jubilaciones, profundizando de manera brutal los niveles de inflación y pobreza que dejó el gobierno de los Fernández y Massa”. Con respecto al protocolo antipiquetes de Bullrich declara que es “ilegal, un intento de atacar un derecho democrático elemental” y que obedece a que “saben que el pueblo argentino no se quedará cruzado de brazos ante este ajuste”.
La Plaza de Mayo, finalmente, se llenó como en las mejores ocasiones con decenas de miles de manifestantes que eufóricos por haberle doblado el brazo a Milei, la Bullrich y su casta, gritaron con todas su fuerzas “Unidad, de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode”, y otro de los cánticos que se va a oír cada vez más: “Milei basura, vos sos la dictadura”.
Video: los manifestantes rompen el cordón policial y para desgracia de la Bullrich no marchan por la vereda como ella había ordenado sino por la calle, como debe ser.