El candidato de Unión por la Patria, toma postura, sin medias tintas, en el conflicto palestino-israelí.
Los organizadores del acto se frotaban las manos con cierto nerviosismo porque los dos principales invitados a la convocatoria estaban ausente. Pero la llegada, unos minutos tarde, de Sergio Massa, tranquilizó los ánimos. La convocatoria “La DAIA contra la barbarie terrorista junto al Estado de Israel”, ya contaba con el candidato a presidente con más chances de ser elegido. La ausencia de Milei, un hombre que siempre se identificó con el sionismo puede disculparse. Es de dominio público que el candidato padece de algunos problemas emocionales. Tendría un mal día.
Lo ocurrido en el conflicto palestino-israelí expone lo que solo personas informadas conocían. La franja de Gaza es un campo de concentración a cielo abierto, donde más de dos millones y medio de personas están bajo la custodia de tropas israelíes y donde parece avecinarse un nuevo Holocausto. Israel es el país ocupante de un territorio al que ingresó de mano de los británicos, y donde después fue ampliando sus fronteras, expulsando a los palestinos de sus casas y de sus huertos, con el único argumento del poder de las armas.
El candidato presidencial de Unión por La Patria no solo avala las posiciones de la derecha sionista local, expresada por la DAIA, que presenta al victimario como víctima sino que sube la apuesta. Propone que las Naciones Unidas incluya a Hamas en la lista de organizaciones terroristas. Esta postura rompe con la tradición peronista de no alineamiento con los grandes bloques de poder internacional y nos recuerda a la presidencia de Carlos Menem, que mandó tropas a pelear junto a Estados Unidos en la guerra de Irak.
La postura de Massa, no está en consonancia con lo que han declarados gobernantes progresistas de Nuestramérica. Gustavo Petro, presidente de Colombia ha publicado en su cuenta de X: “Ningún demócrata en el mundo puede aceptar que Gaza sea convertida en un campo de concentración. Los campos de concentración son prohibidos por el derecho internacional y quienes los desarrollen se transforman en criminales de lesa humanidad”. “Ya estuve en el campo de concentración de Auschwitz y ahora lo veo calcado en Gaza”.
Manuel Lopez Obrador, presidente de México, ha comentado: “Nosotros respetamos al gobierno de Israel y muchísimo más al pueblo de Israel. Pero nosotros no queremos la guerra, nosotros no queremos la violencia. Nosotros somos pacifistas y no queremos que pierda la vida ningún ser humano de ninguna nacionalidad, sean de Israel, sean palestinos. Queremos que se garantice el principal de los derechos humanos, que es el derecho a la vida”.
El gobierno de Bolivia manifestó su profunda preocupación ante los eventos violentos ocurridos en la franja de Gaza entre Israel y Palestina”. Hizo un llamado urgente a la paz y lamentó la “inacción de las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad”. El ex-presidente Evo Morales, cuestionó esta declaración manifestando que “Cuando un pueblo defiende su soberanía lo llaman terrorista. Pero cuando Estados Unidos financia guerras, intervenciones armadas y golpes de Estado, se habla de democracia”.
A diferencia de lo que hizo Menem, que antes de ser presidente planteaba su orgullo por sus ancestros árabes y afirmaba su solidaridad con los pueblos del Tercer Mundo, Sergio Massa no engaña a nadie. Es un hombre alineado con la embajada de Estados Unidos e Israel, toma partido por los dueños del mundo y no duda en avalar el concepto de “culpa colectiva”, que justifica bombardear a millones de civiles por las acciones de un grupo de resistencia armada.
Fuente: Tramas
