La crisis del capitalismo es sin duda manifiesta. A medida que pasa el tiempo se le ve más decadente, con lo que ello supone de sufrimiento para las capas más débiles de la clase trabajadora, cada vez más proletarizada. Mientras, los grandes empresarios mantienen prósperos sus negocios, aumentando de manera insultante sus enormes ganancias.
El sistema capitalista está decadente, eso es cierto, pero solo no se va a caer nunca. Es imprescindible que se le empuje, y no precisamente de manera suave, sino que el empujón ha de ser consciente y coordinado para que finalmente acabe en el basurero de la historia.
GKS, y todo el Movimiento Socialista donde está integrada, sabe perfectamente que la fortaleza del empujón no va a llegar desde las instituciones burguesas. Plagadas todas ellas de políticos profesionales, estás no son otra cosa que herramientas en las manos del propio sistema (capitalista), siempre al servicio del capital, nunca de la clase obrera.
Se debe dejar muy claro que, obviamente, el sistema no fue diseñado para que pueda ser destruido desde dentro, como nos quieren hacer creer ciertas personas pisadoras de moquetas que, por cierto, lo hacen siendo altamente remuneradas.
Plantear un pacto entre los grandes empresarios y la clase obrera, que es en esencia lo que propone la socialdemocracia vasca y la estatal, es seguir soportando, por parte de la clase explotada, más de lo mismo.
El gobierno actual, agente del gran capital, pretende seguir facilitando sus ganancias. Mientras tanto, para intentar evitar estallidos sociales que les pueda complicar su proceso de rapiña, trata de engañar al proletariado con unas pocas migajas.
Consciente de ello, GKS aboga por construir el socialismo como única manera de lograr una sociedad más justa. Infinitamente más humano que el que ahora nos oprime, el socialismo no es perfecto, pues es un sistema transitorio; por eso su objetivo final es el comunismo.
Al igual que el pasado año, GKS ha movilizado a miles de personas (5.000 en Bilbo y 2.500 en Iruñea). Lo ha hecho para señalar a los verdaderos culpables de la crisis que golpea a los y las trabajadoras: los grandes empresarios y los políticos profesionales.
Como subraya la coordinadora convocante, las dos manifestaciones no van a solucionar los problemas tan graves que sufre la clase obrera, pero sí servirá para crear conciencia en ella y elevar su ánimo combativo. Y eso en tiempos tan apáticos, como los que se viven hoy en día, es sumamente importante.
Insurgente se ha acercado a la manifestación de Bilbo, donde ha sido testigo del éxito rotundo de la convocatoria y, sobre todo, de cómo va creciendo el Movimiento Socialista cualitativa y cuantitativamente.
Este es el reportaje fotográfico de la tarde de lucha:
