El deporte como herramienta de inclusión: una historia de vida

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Agostina Caliba es una joven atleta santarroseña de 19 años con una capacidad de superación inspiradora. Ella empezó a realizar deportes a los 12 años. Comenzó con atletismo y ahora practica basquet. Muy gentilmente accedió a compartir su historia en esta entrevista con LT Noticias.“Te distrae mucho hacer deportes y te ayuda mucho en lo personal también” recomienda. Hace un año y medio forma parte de la Selección Juvenil Argentina de Basquet femenino, donde la convocaron tras verla jugar en Chaco. Ha viajado por diferentes lugares representando al país con esta disciplina. Ademas le encanta sacar fotos de todo y le gustaría una carrera de fotógrafa.

“Con atletismo competí por primera vez acá en Santa Rosa para clasificar a los Juegos Nacional Evitas. En esos juegos participe 6 años consecutivos y estuve en la Selección Argentina de atletismo” cuenta Agostina. En principio ella iba a la escuela Irregulares Motores, a donde continuó asistiendo después del secundario ha participar de las clases de educación física que allí se dictaba “porque en el secundario no hacía” explicó la adolescente. Y continuó “la profesora, que ahora es mi entrenadora, da clases ahí. Ella me preguntó, habló con mi familia y me empezó a entrenar”.

Mas tarde uno de los profes que le daba atletismo quiso formar un equipo de basquet adaptado, “al primero decía que no, después probé jugar y me gustó. (Ahora) hace dos años que estoy con basquet” y esta muy contenta con este deporte en equipo. Al respecto opina que la práctica deportiva ayuda al aprendizaje de valores, como el respeto hacia otras personas. Para llevar adelante la actividad “tenes que tener una buena educación y buen comportamiento. En el basquet tenes que tener respeto sobre tus compañeros y mucho más sobre los profes y el director técnico que son los que te enseñan, para que uno mejore con el paso de los entrenamientos” reflexiona la joven deportista.

Agostina vive con su madre, su padre y sus dos hermanos en el barrio Obreros de la Construcción. Terminó el colegio secundario y quiere continuar los estudios superiores en Fotografía, pero hasta ahora no ha podido financiar su estudio. Desde hace un tiempo entrena con sus compañeres en el salón del Colegio Ciudad de Santa Rosa. Para asistir a los entrenamientos usa el transporte público y respecto al uso comenta: “yo me manejo con bastones, no es tan complicado pero para los que usan silla de ruedas no está muy accesible”.

La atleta cuenta que nació con “una mal formación congénita y a través de esa mal formación soy monorrena. Porque al nacer prematura no se lograron desarrollan bien los riñones”. Para encontrar inspiración ella tiene presente a sus seres queridos: “mi familia, ellos me dan fuerza para todo y me apoyan en todo” y agrega “ver a mi familia orgullosa de mi, ya eso es un premio hermoso”. En su primera competición de atletismo en los Evita, clasificó en el primer puesto y “lo mejor fue cuando salí de la pista y vi a mi mama y mi abuela llorando de felicidad, eso fue mi mejor premio”.

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