El dato surge de un estudio de la CTA y solo toma en cuenta el gobierno del Frente de Todos. Durante esos casi 4 años hubo una transferencia de ingresos del trabajo al capital de 70 mil millones de dólares. El “gasto” que implica el bono alcanza los 218 mil millones de pesos. Una ganga, encima después de una brutal devaluación.
A una semana de anunciado y cuando ya se empieza a cobrar en algunos sectores, está claro que la suma fija que anunció Sergio Massa no alegró a casi nadie. Ni sus sindicalistas amigos se animaron a festejarlo. Primero que nada, porque fue después de una devaluación que aceleró una inflación ya bastante dura. Es como cuando te sacan 1000 pesos y te devuelven 200. Pero además porque cualquiera se da cuenta que tampoco alcanza a recuperar lo que se viene perdiendo hace años. Y encima es a cuenta de futuros aumentos.
Hay un dato revelador sobre el valor real de esa suma. En estos días se conoció un estudio del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina, un grupo de economistas ligados a la CTA de los Trabajadores. Con datos oficiales, aseguran que la transferencia de ingresos de manos de la clase trabajadora a la clase empresaria creció durante estos años. O sea que aumentó la porción de la torta que se quedan, cuánto se apropian de la riqueza generada en el país. Como quieran decirle. Como reflejamos en esta nota, con los gobiernos de Cambiemos y del Frente de Todos, alrededor de USD 101.000 millones pasaron desde los bolsillos de la clase trabajadora a los de las grandes patronales. De ese total, USD 70.000 millones se transfirieron bajo la gestión de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa.
Un saqueo escandaloso. Como contamos en esta otra nota, a pesar de las ganancias que tuvieron, muchos sectores empresarios como la UIA, la Cámara de la Construcción o la de Comercio, criticaron el bono. La Sociedad Rural también.
Esto, a pesar de que es a cuenta de futuros aumentos y de que un parte importante la pago el propio Estado, “perdonándoles” las contribuciones patronales a las PyMes.
El mismo estudio de CIFRA arroja otro dato interesante: “las empresas mediano-grandes que deben pagar sin ayuda estatal la “suma fija” de 60.000 pesos deberían desembolsar alrededor de 218 mil millones de pesos, que equivalen al 1,2% de las transferencias de ingresos del trabajo al capital que tuvieron lugar durante los últimos años”.
O sea que de todo eso que se robaron del trabajo obrero, “devuelven” (o adelantan) un 1,2%. Tres empanadas. O una migaja, peor.
Hay que terminar con ese saqueo cotidiano a la clase que hace funcionar el país y enriquecer a un puñado de parásitos. Esos 20 millones de trabajadores y trabajadoras que producen, transportan y venden todo, son también quienes tienen la fuerza para cambiar esa historia y que la riqueza y los recursos del país estén al servicio de las grandes mayorías populares.
Fuente: Telesur