Como si no fuera vicepresidenta por el Frente de Todos, dedicó una parte importante de su discurso a criticar la situación económica actual y a reivindicar los años de sus gobiernos pasados. Pero hacia adelante reclamó un «cambio de actitud» a la oposición de derecha y pidió estar unidos para revisar el acuerdo con el FMI. «Por supuesto que si te dieron 45 mil millones de dólares los vas a tener que devolver», dijo sobre esa deuda ilegal que dejó Macri. Además, ratificó que se considera proscripta y elogió a Wado De Pedro y al ajustador Sergio Massa, dos de los posibles precandidatos del peronismo.
Cristina Kirchner dio una conferencia en la Universidad Nacional de Río Negro, tras recibir el Doctorado Honoris Causa otorgado por esa institución y su rector, Anselmo Torres. Ante 1200 invitados y bajo el título de «¿Hegemonía o consenso? Ruptura del pacto democrático en una economía bimonetaria: inflación y FMI, crisis de deuda y fragmentación política», la vicepresidenta dio un discurso que estuvo dividido en dos partes bien marcadas.
Por un lado, cuestionó al Poder Judicial y se refirió a la crítica situación económica y al combo de inflación, bajos salarios e informalidad laboral, casi como si no formara parte del actual Gobierno. Además, reivindicó los años de sus gobiernos anteriores, mientras el público cantaba por «Cristina presidenta». Por el otro, señaló que para los tiempos que vienen «se van a necesitar decisiones que van a necesitar legitimidad frente al conjunto de la sociedad» y llamó a la oposición de derecha a un consenso para revisar el acuerdo con el Fondo Monetario. «Vamos a necesitar que los dirigentes políticos estén unidos» aseguró, y reclamó frenar «la fragmentación política». https://www.youtube.com/embed/88rTqk9Cvng
Como si no gobernara
Durante la primera parte de su discurso, la vicepresidenta comenzó retomando un concepto del que ya había hablado el año pasado, cuando recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional del Chaco Austral, y que está en el centro de sus preocupaciones: «La insatisfacción democrática frente a las demandas que no son cubiertas por los Estados». Una «insatisfacción democrática» que calificó como una importante crisis institucional, al afirmar que «en Argentina pareciera que ni los 3 poderes funcionan». A horas de conocerse los fundamentos del fallo de su condena, la vicepresidenta señaló que «el sector más importante de la oposición está aliado con el Poder Judicial», al que calificó de «mafioso» e insistió con que se considera proscripta: «Creo que el que mejor lo definió fue el ministro del Interior Wado De Pedro cuando dijo que han reemplazado al Código electoral por el Código Penal». En medio de su crítica, la alusión al ministro no parece nada ingenua, siendo uno de los principales nombres que se barajan como precandidato y que viene de encabezar un encuentro en Expoagro junto a los principales empresario del campo y los directores del diario Clarín y La Nación.
Pero el centro de su mensaje en esta primera parte estuvo puesto en las críticas a la actual situación económica, como si ella no formara parte del gobierno y del ajuste que se está llevando adelante. «Es cierto que hay crecimiento y que hay creación de trabajo, pero son precarizados y de muy bajos salarios», remarcó y apuntó contra uno de los argumentos centrales del presidente, en la eterna interna del Frente de Todos. Además, señaló que hoy «la economía bimonetaria nos lleva a este escenario de gran inflación» y remarcó: «No solo estamos sin Estado democrático sino que estamos sin moneda».
Buscando contraponer la crisis actual con los años de su gobierno, mostró indicadores de la inflación y el nivel de los salarios durante sus gobiernos mientras desde el público cantaban y pedían por su candidatura para presidenta. Una puesta en escena demagógica, para seguir alimentando la ilusión de una candidatura que no parece lo más probable mientras intenta preservarse y no quedar asociada al ajuste en curso. Una maniobra de patas cortas, que tuvo en su centro correrse de la responsabilidad del acuerdo al que se llegó con el FMI. «El que empieza una negociación es el que la tiene que terminar. No quise intervenir porque el que tenía que negociar era el ministro de Economía» dijo y aseguró que «no hay catástrofe más grande para la Argentina que la que se produjo con el endeudamiento». Sin embargo, dejó en claro que el Estado argentino tiene la obligación de pagarle al organismo de crédito esa deuda ilegal tomada por el macrismo. «Por supuesto que si te dieron 45 mil millones de dólares lo vas a tener que devolver. No tengo una cuestión dogmática ni ideológica con el Fondo Monetario Internacional», remarcó y también destacó haber apoyado «con mucha fuerza la reestructuración de la deuda privada», algo que definió como «parte de la responsabilidad institucional».
Un llamado a la oposición de derecha
Con su referencia al acuerdo con el FMI y la necesidad de cumplir con los pagos, dio lugar a la segunda parte de su discurso que estuvo marcada por pedir un consenso con sectores de la oposición para renegociar con el Fondo. En ese momento destacó: «Se puede gobernar bajo dos formas, por hegemonía democratica o por consenso. Ahora, si no tenemos hegemonia democratica y tampoco tenemos consenso…»
Si durante sus conferencias del año pasado, la vicepresidenta ya había dejado ver que la preocupaba la fragmentación política y la crisis que las dos grandes coaliciones están atravesando en los últimos años, en esta ocasión lo volvió a demostrar e insistió con la idea de que no se puede seguir de esta manera. «Yo estoy convencida de que es necesario acordar en esto de la economía bimonetaria, en que patrón de acumulacion vamos a tener para hacer frente a las obligaciones que demanda nuestra sociedad. Hay que sentarse a hablar de eso, sin adjetivaciones, sin estereotipos ni clichés». La frase fue retomada rápidamente por Wado De Pedro, que desde su Twitter se hizo eco y también reclamó consensos con la oposición de derecha.