No fueron las multitudes del 2019, pero hubo enfrentamientos parecidos a los de esa época, con los “pacos bastardos” del presidente Boric, ese gran usurpador y arribista que se quedó con el rédito de la indignación popular. Y lo hizo, gracias a la deserción de mucha “izquierda progre” que prefirió bajar las banderas y meter un votito en las urnas, creyendo que así ganarían la Constituyente por la que tanto se había luchado. Cayeron en la trampa partidocrática: imaginaron, gracias a los cantos de sirena de sus dirigentes concertacionistas, que estaban derrotando al fascismo y se encontraron con un gobernante que reprime a los mapuche más que Piñera (no es poco decir), se abraza con los carabineros que asesinaron a varios jóvenes y les perforaron los ojos a otros tantos.
No, este cuarto aniversario no fue como los orígenes pero sin embargo hubo decenas de actos barriales a lo largo de todo el país, y en la Plaza de la Dignidad, en Santiago, cientos de jóvenes pelearon contra los gases y el agua con químicos de los carabineros, y en un momento dado se tomaron la Plaza, cantaron sus consignas, agitaron banderas mapuche y desafiaron a la represión, exigiendo libertad “para los presos por luchar”m que aún quedan de la Revuelta, y también para esos legendarios revolucionarios como el comandante Ramiro (Mauricio Hernández Norambuena) y otros como él, que combatieron toda la vida por el socialismo, y el régimen los mantiene como rehenes.
Estos jóvenes y otros como ellos, son la semilla de aquella Revuelta política y cultural que en ese momento iluminó de esperanza a todo Chile y también a Latinoamérica. Es muy probable que si la situación no mejora (algo que aparece como improbable), sin duda volverá a incendiarse la pradera, ya que el Chile de Boric le viene bien a los ricos y no a los de abajo. Porque a quienes se hacinan en las poblaciones o sobreviven en trabajos mal pagos, nada bueno les ha pasado con un gobierno que se define como progresista y a duras penas es un desteñido felpudo de los yanquis, de las corporaciones y ahora también de los sionistas.
EN REVUELTA ESTE 18 DE OCTUBRE
Las convocatorias siguen para conmemorar los 4 años desde que se iniciara el movimiento político-social más importante de las últimas décadas.
Aunque los oportunistas, amarillos y progres, apoltronados en sus ministerios e instituciones, intenten desmovilizarnos, el gigante popular sigue en las calles.
A terminar con el sistema de opresión capitalista
