El juez de Control Daniel Ralli llevará adelante este lunes 13 de diciembre, a pedido de la querella de la familia paterna, a cargo de José Mario Aguerrido, una audiencia para revisar las condiciones de detención de las imputadas del crimen del niño Lucio Dupuy.

El abogado prefirió no adelantar los planteos que realizará en esa audiencia. De todos modos, estarían orientados a condiciones más rigurosas y a evitar la comunicación entre ambas imputadas.

Se conoció que Magdalena Espósito, la madre del niño, y su novia, Abigaíl Páez -detenidas con prisión preventiva hasta la fecha del juicio oral, acusadas por el crimen del 26 de noviembre último-, están en celdas separadas, pero en un pabellón en el que solo hay una tercera detenida. Según trascendió, tienen posibilidades de hablar entre ellas.

Las dos mujeres fueron trasladadas al Complejo Penitenciario Nº 1 de San Luis a las pocas horas del hecho, luego de incidentes que se generaron en una movilización por el caso en la Seccional Sexta de Policía, donde permanecieron las primeras horas de encierro luego de la detención.

La semana pasada las dos recibieron visitas, se anotaron para terminar el secundario en la cárcel y comenzaron a convivir con otra interna, la cual fue elegida por las autoridades penitenciarias para que las ayude a introducirse en el nuevo mundo que les toca.

La presa que comparte espacio con la madre de Lucio Dupuy y su pareja habría cometido el mismo delito que ellas: matar a su propio hijo.

Según el protocolo del penal, las internas que ingresan tienen siete días de aislamiento donde se les explica cómo es la vida dentro de la cárcel y se las mantiene sin contacto con el resto de la población para que no haya problemas internos.

La defensora de Abigaíl Páez, la abogada Silvina Blanco Gómez, explicó algunas de las condiciones de detención de su defendida y de Magui Espósito.

«Tienen una hora de esparcimiento para tener contacto con la luz del día. Por lo que me ha sido informado, allí también están alejadas del resto. En el espacio común permanecen con la celda abierta y luego, en los horarios que el Servicio Penitenciario dispone, las puertas se cierran y están solas», precisó Blanco Gómez.

El horario de visitas es de 9 a 13 y cuentan con el mismo régimen que el resto de las reclusas. «La mamá de Abigaíl (Érica Frydlender) pudo viajar y verla. La notó bien. Todavía no he tenido un contacto profundo con ella, solo un contacto personal cuando fui notificada por la detención de ambas», dijo la abogada.

«Pueden comunicarse con sus familias, más teniendo en cuenta que están lejos. También poseen una hora para esparcirse. Pueden estudiar, trabajar. Es decir, en principio si el Servicio Penitenciario lo permite no hay ningún problema», remarcó.

Fuente: Diario de La Pampa

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