Barroso también ordenó al gobierno de Lula expulsar a los mineros ilegales y garantizar la seguridad de los pueblos originarios.
El ministro del Supremo Tribunal Federal (STF), Luís Roberto Barroso, ordenó este lunes (30) que autoridades bajo la administración de Jair Bolsonaro sean investigadas por el delito de genocidio de indígenas y desobediencia a decisiones judiciales.
Los nombres de los investigados no fueron revelados. La medida se tomó luego de que se revelara la gravedad de la situación de pueblos como los yanomamis.
En su decisión, Barroso citó aparentes filtraciones de operaciones secretas contra mineros ilegales que provocaron «absoluta inseguridad» de los pueblos originarios, por «acción u omisión, parcial o total, de parte de autoridades federales».
La decisión de Barroso fue enviada al Ministerio de Justicia, al Ministerio Público, a la Policía Federal de Roraima y al Ministerio Público Federal.
“Estos hechos y los demás denunciados en el expediente ilustran una situación muy grave y preocupante, indicativa de absoluta anomia en el tratamiento del asunto, así como la práctica de múltiples ilícitos, con participación de altas autoridades federales”, dijo Barroso. en su despacho.
“Los informes antes descritos indican la ocurrencia de una tragedia humanitaria y ambiental de grandes proporciones”.
Morir de hambre
Además de investigar la participación del gobierno de Bolsonaro, Barroso ordenó al gobierno de Lula que retire a las decenas de miles de mineros ilegales que operan en tierras indígenas. Dio un plazo de 30 días para entregar un plan con un cronograma de acciones para ello, además del diagnóstico de las comunidades afectadas.
Determinó que el gobierno de Lula adopte inmediatamente medidas de emergencia para proteger la vida, la salud y la seguridad de las comunidades indígenas, con la apertura de líneas de crédito extraordinarias para que se cumpla la decisión.
La decisión de Barroso se basó en documentos compilados por la Asociación Brasileña de Pueblos Indígenas Brasileños (APIB) que, entre otros datos, muestran que al menos 570 niños yanomami en Roraima murieron de hambre y desnutrición en los últimos cuatro años.
Edición: Rodrigo Durão Coelho
