«Resumen Latinoamericano, Por Jorge Capelán, noviembre de 2022»

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Nuestramérica. Las amenazas de la OTAN al corazón del Abya Yala

Imágen: Cuencas hidrograficas de América del Sur:
En verde, la cuenca del Amazonas,
y en morado, la cuenca del río de la Plata.

Ante una nueva ola de gobiernos de autodefinida orientación progresista en los últimos años en varios países de la región, se advierten alarmantes maniobras de parte de los Estados Unidos y la OTAN con el fin de impedir un acercamiento de los países del Abya Yala a China y Rusia, especialmente a partir de la actual guerra en Ucrania, que amenaza con dar al traste con la hegemonía occidental en el mundo.

Estas maniobras parecen estar enfocadas principalmente en la selva amazónica habida cuenta de su significación estratégica global desde el punto de vista climático, ecológico, biogenético y económico.

Black Hawks “ecológicos” sobre Colombia

En Colombia, el recién electo presidente Gustavo Petro anunció a inicios de septiembre un acuerdo con la general Laura L. Richardson, comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, para desplegar helicópteros Black Hawk para “combatir incendios” en la Amazonía.

En una entrevista para el diario El País de España, el mandatario colombiano dijo:

«Yo lo que intento es llevar el diálogo con los Estados Unidos a un eje diferente que es el tema de la crisis climática y de ahí la importancia de la selva amazónica. He logrado algunos cosas: la conversación con la OTAN –de la cual somos miembros, no sé, un estátus rarísimo ahí, pero ahí estamos metidos, creo que es el único país latinoamericano un eso– que es llevar a la OTAN al cuidado de la selva amazónica, prestando una colaboración tecnológica en esto.

Con los Estados Unidos hemos logrado que se cree ya la primera unidad militar con helicópteros de estos, Black Hawk –doce–, que será la primera unidad, más que militar, policial, de apagar incendios en la selva amazónica. Es un cambio completo en lo que siempre ha sido la ayuda militar norteamericana (…) ya es un logro, ya están tres helicópteros de esa función, y quiero seguir jalonando un poco de ese hilo porque me parece que por allí se puede construir un diálogo mucho más positivo con los Estados Unidos de lo que hasta ahora ha sido la mal llamada guerra contra las drogas.»

Según Roger Harris, de la organización antiimperialista de derechos humanos Task Force on the Americas, «La OTAN es un instrumento primordial del dominio imperial estadounidense. Es la guardia pretoriana de Washington proyectada a escala mundial».

Dice Harris que en 2017, Colombia se convirtió en uno de los Socios Globales de la OTAN y el primero en América Latina. En febrero, Colombia realizó un provocativo simulacro naval conjunto con la OTAN cerca de Venezuela, que incluyó un submarino nuclear.

La visita de Richardson a Colombia fue parte de una gira que realizó por varios países de la región con el expreso fin de contrarrestar la influencia de China y de Rusia, y de promover el aislamiento de, especialmente, Nicaragua, Cuba y Venezuela.

Francia y la Amazonía

El 11 de noviembre, el mandatario colombiano dijo que el presidente francés Emmanuel Macrón le ofreció “ayuda” con el tema la preservación de la Amazonía y con su proyecto de Reforma Agraria –una de sus promesas clave de campaña.

No se sabe exactamente qué fue lo que Macrón le pidió a cambio a Petro, pero para tener una idea de su compromiso con la Amazonía, en 2019 el francés imperiosamente instó a las naciones del G7 a intervenir: “Es una crisis internacional”, dijo. De ese llamado se hicieron eco el secretario general de la ONU, António Guterres, al igual que los líderes políticos de otras antiguas potencias coloniales, como Alemania.

Como potencia nuclear y antigua potencia colonial, Francia cuenta con su departamento de ultramar de la Guayana Francesa, fronterizo con Brasil y a escasos 500 kilómetros de la desembocadura del río Amazonas.

Desde allí, Francia lanza sus cohetes espaciales. Además, el país galo posee uno de los sectores biotecnológicos más fuertes de Europa, por lo que un acceso preferencial a la biodiversidad de la selva amazónica, con abundantes especies aún desconocidas por la ciencia y genes que patentar, representaría enormes ganancias para sus empresas en ese sector.

Otra fuente de interés para Francia es la vasta riqueza petrolera en las vecinas Guyana y Venezuela. En la actual coyuntura de la guerra en Ucrania, Macrón –con minoría parlamentaria– enfrenta una situación difícil tras las intensas movilizaciones y huelgas intersectoriales durante los meses de septiembre y octubre en su paísa a causa de los precios de la electricidad, el gas y el petróleo.

Esto ha motivado el acercamiento del presidente francés a su par venezolano, Nicolás Maduro durante la pasada cumbre del clima en Egipto. En la reunión, Macrón abordó a Maduro llamándolo “señor presidente” y desmarcándose así en la práctica de la posición de los países de la OTAN que desconocen al gobierno bolivariano y reconocen al ilegítimo Juan Guaidó.

Sea cual sea el motivo de fondo del interés francés en la Amazonía, un acuerdo con el gobierno de Petro coloca al país galo en una posición de influencia sobre ambos extremos de la globalmente estratégica cuenca.

Lula: otro cordero entre lobos

El Brasil es otro país en el que la Amazonía ha sido relevante al convertirse en tema de debate mundial y especialmente local, ya que fue una de las cuestiones más importantes tratadas en la reciente campaña electoral que marcó el regreso al gobierno de Luiz Inácio Lula Da Silva.

Por un lado, resultó evidente la antipatía de la actual administración demócrata y las élites europeas hacia el derrotado presidente Jair Bolsonaro y el desprecio de este último por la emergencia climática, abriendo de par en par las puertas al despale indiscriminado de la selva en beneficio de los grandes terratenientes y de todos aquellos que se han han sacado partido de los robos de terrenos públicos de bosque virgen (conocido como grilagem) a lo largo de la historia reciente del país.

Por otro lado, Lula ha invitado a los europeos a “invertir” en proyectos ecológicamente sostenibles en la región y ha asegurado que eso se hará respetando la soberanía brasileña. Sin embargo, no se tienen muchos detalles al respecto.

Lo cierto es que Lula enfrenta un panorama futuro muy difícil, en tanto en que no tiene mayoría parlamentaria, dependiendo de acuerdos con sectores del gran capital (incluídos los agronegocios, tan beneficiados por Bolsonaro), y una oposición férrea del propio ex-capitán del ejército dentro y fuera del Parlamento.

La exitosa reducción de la pobreza lograda por Lula en su primer período de gobierno (2003-2010) se dio en un contexto radicalmente distinto al actual.

Los datos económicos de Brasil y del resto del mundo muestran que la tasa de ganancia y de rentabilidad financiera desde el año 2010 no han hecho otra cosa que caer, dando al traste con la alianza de clases construida por Lula durante su primer período en el poder.

Si en el pasado Lula y el PT se habían vuelto expertos en alianzas con fuerzas políticas hostiles o de lealtades dudosas, la situación actual es mucho más desfavorable para un proyecto popular.

Por otra parte, el analista Andrew Korybko advierte que “una fracción del PT podría ser usada por EEUU para sus fines injerencistas”. Para el autor del libro “Guerras Híbridas: revoluciones de colores y guerra no convencional”, la intervención estadounidense en Brasil no cesará bajo el nuevo gobierno de Lula, pero sí cambiará de forma.

¿Podría esta “nueva forma” de injerencia implicar la desestabilización radical del gigante sudamericano para dar pretextos a la OTAN de intervenir y “salvar” a un Lula políticamente mañatado?

Podemos constatar que todos los elementos para una desestabilización total del Brasil están servidos, habida cuenta los problemas estructurales de la economía, el escaso peso parlamentario del partido de Gobierno y la seria polarización en la calle entre los partidarios de Bolsonaro y los partidarios de Lula.

El fin del reformismo occidental

Ni la oligarquía brasileña, ni los capitales occidentales, sometidos a la dictadura de las finanzas, apoyarán una nueva ola desarrollista, ni del PT en Brasil, ni de Petro en Colombia, ni en ningún otro lugar del Abya Yala (ni del mundo).

No puede haber un ”nuevo trato verde” con los occidentales, ni en su variante anglosajona (EEUU/Inglaterra), ni en su variante europea. Además, las élites tecnológicas de Sillicon Valley en Estados Unidos, tienen profundos lazos con el complejo agroindustrial occidental de empresas como Monsanto. Bill Gates es un ejemplo de esta élite presuntamente ecológica. A raíz de la pandemia de la Covid, Gates se convirtió en uno de los más grandes propietarios de tierra agrícola en los EEUU. Asimismo, sus estrechos lazos con Monsanto y sus proyectos de “capitalismo verde” en el África son ampliamente conocidos.

El plan secesionista contra Bolivia sigue vivo

Al mismo tiempo, en Bolivia se reactiva la movida golpista-secesionista en el departamento de Santa Cruz con otro violento e indefinido «paro cívico» con la bizarra demanda de adelantar un año la realización de un censo nacional promovido por el Gobierno.

Por lo general los censos nacionales despiertan los resquemores de la oposición a causa de su costo o del contenido de las preguntas planteadas a la población, pero rara vez se convierten en causas de protestas violentas con cortes de carreteras, ataques a civiles y a edificios públicos, etcétera.

El promotor del paro no es otro que el gobernador Luis Fernando Camacho, uno de los principales operadores del golpe del año 2019 que derrocó al presidente electo Evo Morales y apenas duró un año en el poder. El principal apoyo de Camacho es (otra vez) la Juventud Cruceñista, un grupo paramilitar fascista con muchos intentos violentos por derrocar al gobierno indígena y socialista del MAS en su haber.

Asimismo, el teatro del denominado paro cívico no es otro que el departamento de Santa Cruz, eje privilegiado de la denominada “media luna” secesionista de departamentos amazónicos en Bolivia. La Amazonía boliviana constituye el 43% del territorio nacional y desde el punto de vista ecológico abarca los departamentos de Pando, Beni, Cochabamba, Santa Cruz y La Paz, en un total de 88 municipios.

La partición de Bolivia se planeó mucho antes de que Evo Morales llegara al poder a finales de 2006.

Mark Falcoff

Mark Falcoff, el asesor de la administración Bush para América Latina y una figura destacada en la política latinoamericana de EE.UU. durante 30 años, es visto como uno de los ideólogos del plan imperial para destruir al país. En su artículo “¿Los últimos días de Bolivia?”, publicado en American Outlook en mayo de 2004, Falcoff predijo la división étnica de Bolivia tras la oleada de levantamientos populares que desembocaron en el derrocamiento del presidente Sánchez de Lozada en 2003.

En su artículo, Falcoff señala: «…un hecho fundamental sobre Bolivia, a saber, que es una sociedad dividida a lo largo de dos grandes líneas de fractura: la raza y la geografía. La república tiene dos regiones distintas: el altiplano andino (departamentos de Potosí, La Paz, Cochabamba y Oruro) y una media luna de departamentos situados en zonas más bajas, tropicales o semitropicales (Pando, Beni, Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija).»

Falcoff contrasta la situación en la Bolivia andina, pobre, con cultivo de coca para fabricar droga, violenta, subdesarrollada y levantisca con la próspera Santa Cruz, que generando el 51% de los ingresos del país solo recibía “un pequeño porcentaje” de las ganancias generadas por el petróleo y el gas.

Por eso Falcoff recomienda una nueva constitución que debería “remediar la necesidad de descentralizar la autoridad y los recursos” acompañada de “un verdadero intento de solución federal, con una redistribución regional de los recursos y una política energética racional”, es decir, dejar que los pobres de Bolivia se cocinen en su propia miseria mientras los europeizados bolivianos “amazónicos” de Santa Cruz y sus departamentos satélites se acojan a los beneficios de la explotación de los recursos naturales y las inversiones de las multinacionales occidentales.

El denominado “Triángulo del litio”,
entre Bolivia, Argentina y Chile,
que concentra más del 85 %
de las reservas de
ese metal en todo el planeta.

Ahora el plan imperial para Bolivia ha cambiado un poco, porque los inmensos yacimientos de litio que se han descubierto en los últimos años no se encuentran en la media luna amazónica sino en el oeste y suroeste del país, pero las implicaciones de la potencia energética y minera en la que Bolivia se está convirtiendo hacen para el imperio más urgente que nunca la necesidad de dividir al país andino impulsor de radicales transformaciones sociales.

OTAN apunta al corazón del Abya Yala

Esta hidrovía pertenece a la cuenca hidrográfica del río de la Plata, una de las más largas del continente en dirección norte-sur, limitando con la cuenca amazónica. La denuncia fue recogida por el Gobierno argentino, que de inmediato hizo un reclamo al Estado paraguayo, responsable del acuerdo con los Estados Unidos.

El fin de la hidrovía es permitir la navegación de naves de gran calado con grandes volúmenes de carga los 365 días del año, rectificando el trayecto y eliminando islas y otros obstáculos. La presencia de especialistas del Ejército de Estados Unidos le da al proyecto un carácter muy distinto a lo que originalmente se presentó como una obra civil.

¿Por qué estaría interesado en participar en esa obra el Ejército de los Estados Unidos? «Todos sabemos que una de las excusas que usa Estados Unidos para desembarcar en los países, si no es la ayuda humanitaria, es la lucha contra el narcotráfico», señaló al respecto el diputado nacional por Chaco Juan Manuel Pedrini.

Según Pedrini, la creciente presencia china en América Latina incomoda a Washington y Paraguay es el único país de la región que no tiene relación diplomática con Beijing, con lo cual el Plan Maestro norteamericano también responde a los movimientos de la geopolítica global. A todo esto se puede agregar que esta hidrovía representa un medio excepcional para acceder al corazón de América del Sur.

El imperio busca copar todas las agendas

Occidente no está interesado en ayudar al Abya Yala sino en controlar y explotar sus recursos. La amazonía es una región vital para el planeta y el asiento de riquezas extraordinarias. No sería extraño que Estados Unidos y la OTAN estén preparando la demolición programada de uno o varios estados de la región que les permita controlar la selva amazónica, las fuentes de litio, los campos de petróleo u otras áreas que los planificadores imperiales consideren de interés.

Si bien una serie de gobiernos progresistas se ha instalado en el sur del Abya Yala los últimos años, su fragilidad en muchos órdenes es evidente. Hay desde casos como el de Gabriel Boric en Chile, que llegó al gobierno con promesas de transformación que traicionó desde el primer momento, hasta otros como el del profesor Pedro Castillo en Perú, efectivamente rehén de un parlamento, una clase política y un poder oligárquico totalmente contrarios al programa con el que fue elegido.

A menudo estos gobiernos se ven obligados a negociar en condiciones muy desventajosas con los gobiernos occidentales y los organismos internacionales que controlan (ONU, FMI, BM, BID, OMC, etcétera) a pesar del avance de China en los últimos años en la escena mundial.

Al mismo tiempo, Occidente invierte cuantiosas sumas de dinero para influir políticamente en los países de la región y desde posiciones en apariencia totalmente antagónicas.

Por ejemplo, a inicios de Octubre, la ex guerrilla revolucionaria kurda, hoy reciclada como fachada de la OTAN para destruir Siria (Ver aquí y aquí), el PKK, fue invitado a participar en el el 35º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Intersexuales, Bisexuales y No Binaries en la provincia argentina de San Luis, en Argentina.

Parece que, via Europa, trostkistas y anarquistas argentinos le abrieron las puertas a este grupo, cuyas actividades nada tienen que ver con el antiautoritarismo, la autonomía de los pueblos ni los derechos de las minorías sexuales.

La tragedia de los kurdos es muy real pero tiene causas geopolíticas: No tienen salida al mar, por lo que ninguna potencia regional aceptará sin más sus pretensiones nacionalistas, pero tampoco ayuda a su causa la sumisión histórica de sus líderes a occidente.

Pero en la otra acera política también influyen los Estados Unidos. Por ejemplo, en el movimiento de personas críticas hacia el discurso oficial sobre la Covid (entre las que se cuentan muchos seguidores de movimientos conservadores de diverso signo) circulan publicaciones en distintos idiomas del sitio web The Epoch Times.

Este sitio combina noticias críticas hacia la medicina occidental, con análisis políticos cercanos al trumpismo estadounidense y un profundo odio hacia China. Más allá de acusar a China de haber causado la pandemia del coronavirus, la publicación tiene un claro sesgo contra todo lo chino.

The Epoch Times en realidad no es un grupo controlado por el trumpismo sino por los servicios de inteligencia estadounidenses. El propietario de la publicación no es otro que Falun Gong/Falun Dafa, una secta creada por la CIA en los años 90 como una manera de destruir al Partido Comunista Chino.

En 1996, el fundador de la secta Li Hongzhi emigró a los Estados Unidos desde donde se dedicó a hacer propaganda contra China y a influir sobre los chinos en el extranjero.

Desde 1999, la Comisión de Estados Unidos por la Libertad Religiosa en el Mundo (órgano de consulta del Departamento de Estado) lleva adelante una campaña permanente de contra la supuesta “persecusión religiosa” contra esta secta en China.

¿Por qué es interesante para una Casa Blanca, hoy controlada por los demócratas, seguir con una política que en realidad la llevan en el corazón los republicanos más conservadores?

El sitio de contrainteligencia del FBI hoy dice lo siguiente: «El gobierno chino ya no limita la represión sólo a la población de sus propias fronteras. La República Popular China persigue, amenaza y acosa habitualmente a los tibetanos y uigures radicados en Estados Unidos, a los miembros de Falun Gong, a los defensores de la democracia en Taiwán y Hong Kong, y a cualquier otra persona que cuestione la legitimidad o la autoridad del Partido Comunista Chino (PCC).»

Obviamente, el interés de los Estados Unidos no es el de ayudar a los tibetanos, los uigures, los miembros de Falun Gong o los defensores de la democracia, sino el impedir que países como China, Rusia o el resto de los BRICS lleven al mundo hacia la multipolaridad.

Todo esto es muy peligroso, no nos extrañe que surjan grupos con agendas sectarias y violentas, ya sea “por izquierda” o “por derecha”, para dividir a nuestros pueblos. Nada mejor para avanzar los planes del imperio en el Abya Yala que un rosario de guerras de pobres contra pobres.

Solo la conciencia civilizatoria salvará al Abya Yala

Solo a los pueblos del Abya Yala les corresponde construir su propio proyecto civilizatorio justo, inclusivo, diverso y en armonía con la Pacha Mama. Eso no lo pueden hacer los chinos, ni los eslavos, ni los árabes, ni los africanos, y mucho menos los europeos. Ese proyecto, como dijo Mariátegui, no es calco ni copia, sino creación heroica de los pueblos.

Ante un imperio occidental en decadencia que corrompe todos los debates con su constante injerencia, es fundamental desarrollar una conciencia masiva de los mecanismos de dominación y de la constante guerra cognitiva de la que son objeto.

La guerra cognitiva es más profunda que la guerra sicológica. La segunda está orientada a lograr efectos de corto plazo en los pueblos, por ejemplo, aterrorizándolos o provocándoles la ira con fines ajenos a sus intereses.

La guerra cognitiva, sin embargo, es una guerra cultural que nos hace desconfiar de otros pueblos para que al fin de cuenta hagamos lo que el amo imperial desea. No solo implanta ideas nocivas sobre los otros pueblos del mundo, sino que también nos condiciona para que veamos como natural y deseable la manera de operar del imperio.

Hoy, esta guerra se lleva adelante con poderosas tecnologías, mal llamadas “de la información y la comunicación”, que al mismo tiempo que nos empoderan, nos manipulan, someten y a la postre, derrotan. Las redes sociales no son solamente medios para transmitir ideas, sino también medios para recabar inteligencia a partir de la comunicación de los usuarios y de control social por medio de la compartimentación de las interacciones sociales y las dinámicas de adicción que generan.

Afortunadamente, los pueblos pueden vencer a la manipulación imperial, como lo demuestran las derrotas de las “revoluciones de colores” imperiales en Venezuela, Nicaragua, Bolivia y recientemente en Cuba.

Para salir del perverso círculo vicioso de la guerra cognitiva del imperio, los pueblos necesitan tener conciencia civilizatoria y conocer mejor los mecanismos y tecnologías actuales de la dominación imperial, pero también deben conocer sus propias raíces. Los pueblos que saben quiénes son no pueden ser derrotados por la guerra cultural del imperio..

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