«Cuidado con el gobierno porque anda cerrando escuelas»

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Por   Jesús Fernández*

Hace muchos años ya que desde el Ministerio de Educación provincial vienen prohibiendo que los directivos y docentes de escuelas rurales y hogares incorporen más alumnos a estos colegios y después, de repente, salen a decir que ante la falta de estudiantes en la zona no se justifica sostener esas escuelas abiertas. También las dejan deteriorar con años sin refacción, alguna hasta las terminan abandonando o cerrando. Con el cierre de estas escuelas también se cierran varios lugares de trabajo, y no solamente de docentes que generalmente los obligan a aceptar una “reubicación” con un gran desarraigo. Además, pierden sus fuentes laborales -que escasean- el personal no docente o tercerizados que en su mayoría se moviliza con sus hijos como alumnos de esas escuelas.

En este momento sabemos de los miedos de la comunidad educativa y las familias de la escuela Hogar de Árbol Solo, teniendo en cuenta que ya cerraron La Pastoril, y así como también la última escuela cerrada recientemente: Escuela Hogar número 23 de San José. Repasemos los establecimientos educativos cerrados: en 2010 la escuela Hogar de Cereales Número 206; en 2017 la Escuela 139 de Guatraché; en 2017 la escuela n° 147 con más de 8 décadas de funcionamiento en cercanías de Castex, y en 2020 la Escuela Rural San Roque número 58 entre Arata, Trenel y Embajador Martini. Todas escuelas con una historia riquísima y que cumplían un rol de socialización, educación y de atención a muchas necesidades o vulnerabilidades que de otra manera muchas y muchos alumnos siguen quedando a la deriva en pueblos o ciudades donde se centraliza todo, pero aun así no terminan de encajar o sentirse verdaderamente contemplados.

No podemos decir que no hubo resistencias, aunque generalmente se esperaba siempre mucho más empeño y énfasis en los reclamos del gremio más conocido por nuestros docentes pampeanos, que generalmente se “entera tarde o no hacen nada” para evitar estos cierres. Solo algunas expresiones particulares y no con mayor fuerza de algunas familias que se movilizaron y alcanzaron a dilatar un poco el cierre de algunas de estas escuelas, pero que posteriormente se termina concretando el objetivo del gobierno y algunos cómplices de cerrar. Lo más triste aún es encontrar expresiones de algunos docentes que viven o trabajan cómodamente en pueblos grandes o ciudades justificando estos cierres con el mismo discurso oficial del “Gasto Público” o “está bien si ya no hay pibes ahí”. No tienen en cuenta la necesidad laboral de las y los docentes sin trabajo, las necesidades de esos poblado o parajes que jamás se dieron el gusto de pisar, pero del que afirman con vehemencia, “no sirve, no hay chicos”.

Por todo esto que viene pasando es que, no solo rechazamos rotundamente dichas medidas y nos mantenemos en alerta para apoyar o acompañar a quienes van sintiendo que en cualquier momento les llegue ese llamado o correo de las coordinaciones diciéndoles que “Ya no inscriban estudiantes nuevos”. Sino que los convocamos a sumarse a una nueva herramienta gremial que sea capaz de defender los cargos, los puestos de trabajo pero también el derecho a la educación de nuestros jóvenes y su familias.

*Si.T.E.P. Sindicato Trabajadores de la Educación Pampeanos

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