Se lo presento como un partido amistoso aunque ambos equipos pretendían ganarlo con ansias. Barcelona todo lo que juega en la cancha sale a ganarlo y se sabe que no de cualquier manera, sino jugando bien al fútbol. El xeneise en cambio tenía la posibilidad de mostrarse ante un gigante del fútbol y eso es motivo suficiente para dar lo mejor de cada uno de sus jugadores y como equipo. El partido finalizo 3 a 0 a favor del equipo europeo.
Barcelona, naturalmente, manejo la pelota y los tiempos. Boca parecía esperar el contragolpe a partir de la velocidad de Villa, que mostro ser interesante.
Pero la diferencia técnica se hizo pesar entre otras cosas para los catalanes, Messi profundizó lo evidente con un gol al estilo que nos tiene acostumbrado y el partido dejó de ser el partido del primer tiempo cuando el palo le dijo que no a Villa y los entrenadores cambiaron todo para el segundo tiempo.
En Barcelona salió Messi, pero entró Suárez. También Riqui Puig, a quien habrá seguir para poder disfrutarlo: representa lo mejor de la escuela de Cruyff y Guardiola.
Los hinchas, de todas formas, se hacían sentir como en La Boca. Y Los jugadores tampoco se fueron derrotados o golpeados como después de perder una final. Para los de la tribuna y el campo de juego, en definitiva, fue una experiencia única. Más allá de una gran distancia futbolística entre ambos equipos prevaleció el expectaculo por sobre el triunfo y la derrota.
