Esta semana se cumplió un año del fallecimiento por cáncer de Ana Zabaloy, maestra rural impulsora de la Red Federal de Docentes por la Vida, agrupación que lucha contra las fumigaciones con agrotóxicos en las escuelas rurales.
Durante seis años fue directora de la escuela N° 11 José Manuel Estrada de la localidad bonaerense de San Antonio de Areco y vivía en carne propia el drama de los agrotóxicos. De muchas maneras dio testimonio de ello: “Sufrimos junto a mis alumnos constantes fumigaciones con agrotóxicos en las proximidades de la escuela y en pleno horario escolar. En una de esas ocasiones el producto utilizado fue 2,4-D, y me volví a mi casa con una parestesia facial y con una insuficiencia respiratoria. Somos muchas las docentes rurales que padecemos esta misma realidad, las fumigaciones nos atravesaron la vida y en muchos casos se llevaron por delante nuestra salud”.
En 2017, durante la realización del 8° Encuentro de Pueblos Fumigados de Provincia de Buenos Aires, la maestra impulsó la Red de Docentes por la Vida junto a docentes, padres, vecinos y trabajadores de escuelas periurbanas y rurales fumigadas, para luchar por los derechos vulnerados de dichas comunidades educativas gravemente afectadas por el modelo productivo basado en transgénicos y agrotóxicos.
Ana es un emblema de la lucha contra dicho modelo y símbolo de la batalla que libran las docentes en las escuelas rurales. El documentalista y, en aquel momento senador nacional Fernando «Pino» Solanas, tuvo palabras de homenaje para ella: «murió de cáncer una de las maestras fumigadas que vivió protegiendo la escuela rural, donde era directora y donde padeció las enfermedades que la llevaron a la muerte. Eso pasó al recibir, igual que sus alumnos, pulverizaciones con agroquímicos» durante años.