Cultura y el año nuevo mapuche en contexto de pandemia

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La Secretaría de Cultura del Gobierno de La Pampa, acompaña a los hermanos de los pueblos originarios en sus reflexiones ante la próxima llegada del we tripantu 2020.  

El We tripantu o wüñoy Tripantu es la celebración del año nuevo mapuche que se realiza en el solsticio de invierno austral (el día más corto del año en el hemisferio sur) entre el 21 y el 24 de junio. Es un día de celebración para los mapuches, ya que es el día más corto del año y corresponde al comienzo de los días cada vez más largos hasta el solsticio de verano y el renacer eventual de la naturaleza tras el invierno al que se entra. 

En ese contexto la Secretaría de Cultura del Gobierno de La Pampa, decidió acompañar, reflexiones mediante, “a los hermanos de los pueblos originarios en sus reflexiones ante la próxima llegada del we tripantu 2020”. “Es en estos tiempos de crisis y pandemia en donde debe primar el respeto hacia todos nuestros hermanos por sobre el egoísmo y las actitudes sectarias y tomar consciencia sobre todo ahora, que todos somos hijos de esta tierra, y que todos estamos atravesando circunstancias críticas que deben unirnos y vincularnos en el pensamiento, la esperanza y el cuidado a nuestra madre tierra”, señalaron.

“Es por ello -prosigue- que comunidades que integran el Consejo de Lonkos del pueblo Ranquel como otras comunidades indígenas del centro de Argentina, queremos enviar en un mensaje fraterno para adaptar esta celebración tan importante para todos los hermanos originarios de América del Sur y poder así de manera responsable sobre todo por nuestros mayores, recibir la energía que se genera en el momento en que Antú asoma en el amanecer antes del día 24 de junio”.

Por todo ello, coincide Cultura, “sugerimos que cada comunidad, manteniendo el protocolo de distanciamiento social de cada provincia, en un entorno natural donde habitan los nehuenes de nuestro territorio ancestral, realice la ceremonia del comienzo del ciclo”. “Agradezcamos por lo que se nos ha dado y pidamos por la salud de nuestra Ñuque Mapu y de todos los seres vivos que compartimos este espacio y tiempo, pidamos que se acabe con la feroz depredación de nuestro planeta, lo que ocasiona la desaparición de nuestros bosques y los animales que en ellos habitan”.

“Para que no se interrumpan ni envenenen las aguas de los ríos pues ellos son como las venas de sangre que nutren nuestra tierra, nuestra madre. Para que podamos vivir en equilibrio con todo lo que nos rodea, sintiendo energía universal en nuestro cuerpo, nuestro espíritu y nuestro pensamiento”, concluyen las comunidades aborígenes.

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