Líbano: renunció el Gobierno luego de la explosión en Beirut

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Tras una ola de protestas en medio de la crisis humanitaria, renunció el Gobierno del Líbano. Un sacerdote desde Beirut relata la tensa situación.

A casi de semana de la tremenda explosión en el puerto de Beirut, cuyo origen todavía no se conoce, la tensión en la capital libanesa aumenta: luego de una ola de protestas y tras la salida del Gobierno de varios ministros, hoy el primer ministro libanés, Hassan Diab, presentó su renuncia al presidente, Micheal Aoun. Según trascendió este mediodía, en las próximas horas se esperan más dimisiones dentro del gabinete, que había sido formado el pasado enero, con el respaldo de Hezbollah, la milicia libanesa radicalista, proiraní, política y militar, luego de la renuncia de Saad al-Hariri por las movilizaciones contra la corrupción de la clase política iniciadas el 17 de octubre del 2019.

«Sí, el gobierno ha dimitido», confirmó el ministro de Sanidad del Líbano tras una reunión del Consejo de Ministros seis días después de las explosiones que han dejado a Beirut convertida en una zona de catástrofe y luego de que el pueblo tomara las calles pidiendo las renuncias luego de que quedara en evidencia la falta de capacidad para responder a la emergencia humanitaria.

La explosión en el puerto de Beirut ha dejado 163 muertos, 6.000 heridos y decenas de desaparecidos. En este contexto, la alianza entre el Gobierno y Hezbollah está en crisis. Mientras Irán pidió que «no se politice la explosión”, los rumores en la capital libanesa indican que el nitrato de amonio que explotó en el puerto estaba bajo el control de Hezbollah. Sin embargo, el secretario general de esa organización, Hassan Nasrallah, lo desmintió: dijo que “no había armas ni explosivos” y que no controlaban el puerto.

El horror en Beirut, en primera persona

«La situación está muy difícil. El año pasado llegó una revolución enorme que expuso la corrupción de los políticos y el 17 de octubre de 2019 el pueblo libanés, que no puede soportar más la corrupción, pidió un cambio. Sin embargo, cada vez que los jóvenes intentan protestar para cambiar este sistema, los políticos mandan sus matones para generar violencia y frenar la revolución». El relato es del Padre Antonio, un sacerdote que, desde el Líbano, relata a Canal 4 Jujuy lo que vive y observa en Beirut.

«Estamos muy dañados, nuestra salud está en juego, no hay electricidad ni agua limpia. Hemos perdido también el valor de nuestra moneda. De US$500 un salario pasó a US$80 en menos de un año», cuenta el sacerdote.

Sin embargo y dentro del horror la dramática situación, el Padre Antonio no pierde la fe: «En Beirut todo está muy triste, la gente no quiere dejar sus casas: allí están sus memorias y recuerdos pero hay 300 mil casas destruidas. Hay tristeza y depresión porque no podemos cambiar esta situación. Pero vi esperanza: vi a miles de jóvenes limpiando la ciudad, ayudando a los pobres, aunque estamos todavía en shock».

Fuente/Foto: TodoJujuy.com

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