En la Cooperativa Apícola Patagonia, ofrecemos los servicios de extracción de miel, guarda de tambores y alzas melarias. Para ello, nos valemos de tecnología de alta generación que garantiza un producto con valor agregado, inocuo, saludable y de calidad, respetando el medio ambiente y la salud de quienes producen y consumen. Contamos con las herramientas y los equipos recomendados, sistemas de limpieza e higiene operativos, personas capacitadas para realizar el trabajo y registros que aseguran la trazabilidad del producto, garantizando así, la exquisita experiencia de saborear una miel de gran pureza original.

La actividad apícola en nuestro país se desarrolla en casi todas las provincias. Según la información que brinda la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se estima que hay poco más de 35 mil productores apícolas y, de acuerdo con el número de colmenas que tienen, el 85% son pequeños y medianos, muchos de ellos trashumantes, algunos trabajan de manera independiente y otros, asociados.
Desde nuestro lugar, revalorizamos la importancia de trabajar en conjunto para contribuir a la sostenibilidad ambiental, mejorar la producción y la productividad apícola y promocionar el consumo de miel argentina, reconocida como una de las mejores del mundo. Así lo indican los datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (MAGyP): Argentina se ubica entre los tres principales productores de miel a nivel mundial, siendo el segundo exportador con un volumen promedio superior a las 75.000 toneladas anuales de cuyo total, el 75% se exporta y el 25% se consume a nivel interno.
Sabemos que las pequeñas unidades productoras enfrentan varios obstáculos para expandirse: la necesidad de poseer los recursos y el equipamiento necesario, contar de una sala de extracción habilitada, tener aprobado el proceso de fraccionado y fundamentalmente, disponer del suficiente acopio de miel para abastecer y cautivar a sus clientes.
Creemos que no existe una única solución a estos desafíos, pero tenemos la certeza que cooperar es la mejor manera de responder a estas necesidades, sin recurrir a intermediarios. El trabajo y las decisiones conjuntas contribuyen a reducir los costos de producción y de comercialización siendo el producto final, más competitivo en el mercado.

Diferentes colores, texturas, aromas y sabores caracterizan las mieles de la Patagonia Argentina. Provienen del espinal, campos naturales y el caldenal pampeano, único ecosistema del mundo. Las varietales de miel, blancas, doradas y rojas, son orgánicas por origen, ricas en azúcares, proteínas, enzimas, antioxidantes, vitaminas y minerales. Por estas características resultan muy nutritivas, saludables y especialmente nobles, para incorporar a la alimentación diaria de un público atento a la calidad e inocuidad de los productos que consume.
Esta exigencia del mercado ha derivado en el desarrollo de controles con el registro de cada una de las labores, focalizando el cuidado en la potencial ocurrencia de contaminación en tres puntos críticos de la etapa productiva: la ubicación del apiario, el manejo de la colmena y el proceso de extracción.

Procuramos los medios necesarios para que la comunidad apícola acceda a instrumentos de apoyo técnico y financiero; a fuentes de innovación y capacitación a través de entidades como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam) y organizaciones no gubernamentales como la Federación Internacional Latinoamericana de Apicultura (FILAPI) y Apimondia. Integramos la Sociedad Argentina de Apicultores (SADA) y desde allí también, pujamos por una apicultura competitiva, equitativa y sostenible.
Todas estas organizaciones, a través de diferentes programas de apoyo y extensión, apuntalan los esfuerzos de pequeños y medianos emprendimientos productivos para mejorar y crecer en su lugar de origen. En la Cooperativa, tenemos una Unidad Demostrativa Apícola incluida en el Programa Apícola Nacional INTA-PROAPI. En estos apiarios, se realizan prácticas de manejo integral y seguro de las colmenas, a cargo de productores y técnicos especializados. Cada Unidad posee un efecto multiplicador, que trasciende a los propios participantes del grupo que la instala. Allí se realizan jornadas de trabajo, capacitación y experimentación. De este modo, se asegura un manejo homogéneo por regiones y se garantizan resultados de calidad óptima en el producto final. La información que se genera a partir del manejo de las colmenas es sistematizada y como resultado de esta práctica colectiva, aportamos y nos enriquecemos con conocimientos que son de gran utilidad para quienes participamos en la cadena de producción y comercialización de la miel.