Nos están envenenando

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Más de la mitad de las frutas y verduras que entran al Mercado Central tienen residuos de venenos. Estos son datos oficiales. Los mismos que muestran que el 85% de las manzanas revelaron presencia de 22 tipos de insecticidas, fungicidas y acaricidas. El 76,6% de las muestras de frutilla mostró restos de 17 plaguicidas.

De un total de 27 frutas, verduras y producciones similares relevadas, solo cuatro variedades dieron cero en contaminación: cebolla, batata, yerba mate y almendras.

El asunto es de terror: sobre todo porque hay una cantidad enorme de comercios que venden frutas y verduras que jamás pasaron ningún filtro del Mercado Central. Vienen «frescas» de quintas e invernaderos con todo su veneno a cuestas, directo a la mesa de todos.

La Lic en Nutrición Soledad Barrutti, (autora del libro Malcomidos) a través de las redes sociales explica ¿Se puede sacar el veneno de las frutas y verduras con un buen lavado? NO. En algunos casos se puede disminuir pero imaginen que si los productos fueran lavables se irían con la lluvia. 
Sí se pueden pelar ciertos alimentos y no utilizar cáscaras para nada (ni mate, ni dulces, ni tortas, ni conservas).

 Agrega que lo  debería ocurrir es que se inicie un programa de concientización sobre el uso de venenos con los productores en el campo, que se genere un sistema de vigilancia oficial estricto en las huertas (una vez que llegó al mercado es tarde) y que se brinde un plan de apoyo técnico de reconversión a la agroecología.

Esta semana, Infobae lanzó un informe donde explica que más de la mitad de la verdura que llega al Mercado Central queda descartada por exceso de agrotóxicos detectado en sus laboratorios.

Las cifras son oficiales y alarmantes. Más del 60% de las verduras –y un porcentaje mayor en el caso de los cítricos– contiene restos de pesticidas, herbicidas y fungicidas en niveles no permitidos. Los laboratorios del Mercado Central detectan y quitan de circulación esa mercadería

Casi el 98% de las partidas de peras ofertadas entre 2011 y 2013 en el Mercado Central de Buenos Aires y sus similares de La Plata y General Pueyrredón habían dado positivo en 20 variedades de insecticidas y fungicidas.

Más del 90% de las muestras de apio monitoreadas en esos mismos puntos evidenció restos de 16 agroquímicos y en el caso de de las mandarinas presentaron remanentes de otros 16 pesticidas.

El 85% de las manzanas revelaron presencia de 22 tipos de insecticidas, fungicidas y acaricidas. El 76,6% de las muestras de frutilla mostró restos de 17 plaguicidas. De un total de 27 frutas, verduras y producciones similares relevadas, solo cuatro variedades dieron cero en contaminación: cebolla, batata, yerba mate y almendras.

La situación es más grave aún si consideramos que varios millones de toneladas de frutas y hortalizas que son comercializadas en verdulerías de todo el país llegan directamente de la huerta sin pasar por controles del Mercado Central ni de ningún otro tipo de laboratorio. Veneno directo de la tierra a la mesa, sin pérdidas ni decomisos.

Es duro pero hay que decirlo: estamos en emergencia. Los organismos nacionales y provinciales que coordinan políticas sanitarias y ambientales deben mejorar y articular urgentemente mecanismos de emergencia que garanticen la seguridad alimentaria y ambiental de los argentinos.

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