«A mi el medicamento me cambio la vida, no son espejitos de colores» NOTA A VERONICA MARTINEZ, POR LA SITUACION CON SEMPRE

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El negocio de las obras sociales y lxs enfermxs parece ser un negocio redondo, cuando solo se da cobertura a la gente con salud, porque cuando algún afiliadx pasa de la salud a la enfermedad o tiene una situación de salud compleja, o que requiere de un gasto, se encargan de, intentar tras vericuetos legales dejar fuera, o sin respuesta, a él o la afiliadx de la misma.

SEMPRE esta organización que en reiteradas ocasiones ha tenido, o tiene problemas, de reclamos consecutivos, por fallas, negligencias, omisión, desatención, o simplemente el desinterés hacia lxs afiliadxs. La angustia de Verónica no es un hecho aislado, es una consecuencia de una dificultad constante con respecto a los tratamientos que esta paciente necesita hacerse, -«niegan la efectividad de este tratamiento, porque lo desconocen, es una nueva opción en este tipo de enfermedad, que a su vez está aprobada por las normas internacionales, y más allá de todo esto a mí me hace bien»-.

Martínez no está pidiendo algo imposible, ni siquiera un capricho, pide mejor calidad de vida a través de algo que se inventó recientemente y que ha dado buenos resultados, la indiferencia con que esta obra social trata a una persona que padece una enfermedad, de la cual ya tiene suficiente con transitarla día a día, es terrible, pero más terrible es que el estado haga caso omiso a esta realidad.

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