El mensaje lo dio Rodrigo Valdés, aquel directivo que mantuvo en jaque la última negociación con el Gobierno nacional, al exigir una devaluación de hasta el 100%. El representante del Fondo insistió en que el país mantenga “una política fiscal sostenible” y que el desendeudamiento va por un carril distinto “al mercado cambiario”. Dudas sobre el soporte que alcanzaría Milei en caso de llegar a la Rosada.
El director del Hemisferio Occidental del FMI, Rodrigo Valdés, el mismo que mantuvo en jaque la última negociación con el gobierno argentino, al exigir una devaluación del peso de hasta el 100 por ciento, lanzó una advertencia sobre la idea de dolarizar a economía con la que insiste el candidato presidencial de ultraderecha Javier Milei. “Todos los países requieren una política fiscal sostenible que lleve a tener deudas no demasiado altas, y dolarizar o no dolarizar no sustituye esa tarea”, sostuvo.
Valdés, en una entrevista con el diario El País, señaló que abandonar la moneda nacional no significaría dejar atrás las políticas de ajuste ordenadas por el FMI. “Es algo muy importante para nosotros es que lo que uno haga en el mundo monetario cambiario no sustituye lo que es necesario hacer en el mundo fiscal”, sostuvo el economista chileno.
De esa manera, el flamante director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI explicó que la dolarización no cambiaría las exigencias del organismo multilateral, que se encargará de continuar exigiendo “una política fiscal sostenible que lleve a tener deudas no demasiado altas”. Milei, por su parte, ya prometió que su plan económico significaría una ajuste más brusco que el exigido hasta el momento por el FMI, durante la reunión que tuvo con representantes del organismo después de las PASO.
El economista chileno, quien fue contratado como consultor externo durante la gestión de Mauricio Macri, señaló además que el plan de dolarización necesitaría “mucho apoyo político”, que en caso de llegar al Gobierno, Milei debería “tener que buscar”.
“Pero aquí no hay sustituto para lo fiscal. Todos los países requieren una política fiscal sostenible que lleve a tener deudas no demasiado altas, y dolarizar o no dolarizar no sustituye esa tarea”, sentenció Valdés como promesa de mantener la política ortodoxa del FMI sobre el país, para recuperar el préstamo histórico –y contra el reglamento del propio organismo– de 45 mil millones de dólares que se acordó con Macri en la previa de las elecciones de 2019.
Valdés también cumplió un rol para condicionar al gobierno nacional en la previa de las PASO, ya que se demoró la aprobación de un nuevo desembolso hasta después de las elecciones, debido a que el director para Occidente insistía en devaluar el peso entre un 60 y un 100%, sin importar las consecuencias hiperinflacionarias que podría tener. El ministro de Economía, Sergio Massa, terminó por aprobar una devaluación del 20% para cerrar el acuerdo.
Massa intentó negociar desde abril el adelanto de un desembolso de 10 mil millones, una cifra que equipare las pérdidas sufridas por el país por efecto de la sequía, pero no lo consiguió sino hasta su nuevo viaje a Washington tras las elecciones primarias. “Vinimos en abril a gestionar ante el gobierno de Joe Biden un front fund (adelanto de fondos) y cuatro meses después nos vamos con un back fund (pago atrasado de fondos)”, se quejó Massa en su gira por la capital estadounidense semanas atrás.
En un diálogo con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, Massa dejó ver el malestar con Valdés por poner exigencias incumplibles para el país sin entrar en una crisis económica incontrolable. Fue cuando Georgieva le hizo un reclamo por haber pasado su cumpleaños trabajando en la negociación argentina. “Se los voy a compensar con una caja de regalo de buenos vinos malbec argentinos, que no le van a producir acidez como los vinos chilenos”, le dijo Massa frente a Valdés.
Fuente: Página 12