Ahora bien, hasta el retorno democrático en 1983, la provincia de Formosa tuvo serias limitaciones en el ejercicio pleno de la democracia y la capacidad de tomar decisiones sobre políticas públicas en su jurisdicción. Es decir, Formosa desde la fundación hasta la provincialización pasó de ser casi “invisible” por el modelo agroexportador extractivista a ser “inviable” en la década de los noventa por el modelo de valorización financiera. Sin embargo, desde 1995 el pueblo formoseño asumió toda su historia y sus tradiciones e impulsó el Modelo Formoseño para un proyecto provincial con planificación estratégica encauzando el camino a su grandeza (Centro de Estudios Políticos Estratégicos de Formosa, 2009).
Teniendo en cuenta la evolución de las políticas científicas y tecnológicas que experimentó la Argentina, en la etapa previa a la provincialización de Formosa se observan las desigualdades territoriales incluida la región NEA, quedando rezagada en cuanto a los avances en ciencia y tecnología. Para graficar este escenario, durante la década del 20 con Mosconi y Savio, y hasta la interrupción forzada del gobierno peronista por el golpe de la Revolución Fusiladora; se demostró un importante desarrollo en este campo con la creación de instituciones científicas y tecnológicas emblemáticas. Entre ellas se destacan la creación de YPF en 1922, junto con sus laboratorios en Florencio Varela en 1940, la Fábrica Militar de Aviones en Córdoba en 1927, la Empresa Medicinal del Estado Argentino en 1946, la Comisión Nacional de Energía Atómica en 1950, las Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado en 1952, los Astilleros Río Santiago en 1953, el Instituto Antártico en 1951 y el Instituto Balseiro en 1955; incluyendo la creación de la Universidad Obrera Nacional en 1949. Siendo éstos los hitos más significativos (Hurtado de Mendoza, 2019).
Después del golpe del 55, en la política científica y tecnológica se presentan dos modelos en pugna que distan entre sí y contribuyen a la discusión actual sobre la federalización de la ciencia y la tecnología. Por un lado, encontramos el modelo lineal ofertista, personificado en la figura de Bernardo Houssay, director del CONICET desde su creación en 1957. Por otro lado, tenemos el modelo no lineal demandista, representado por Rolando García, vicedirector de la misma institución[1]. El predominio del modelo que estaba conducido por Houssay sobre el de García es uno de los artífices de las desigualdades en la distribución de recursos (Marí, 2018). Este concepto se refuerza teniendo en cuenta que, junto con la creación del CONICET en 1957, también se fundó la Universidad Nacional del Nordeste, a partir del desprendimiento de la Universidad Nacional del Litoral. De la UNNE, por un convenio con el gobierno de facto de Formosa surge en 1971 el Instituto Universitario Formosa. Y más tarde, en 1988, se crea la Universidad Nacional de Formosa. De aquí puede inducir que se mantuvo la vigencia de los cánones neopositivistas del cientificismo de la época. (Varsavsky, 1969).
Para revertir esta situación, a partir de 1995, el Modelo Formoseño en ciencia y tecnología asume el desafío en un periodo histórico que fue completamente excluido de las políticas nacionales neoliberales. En este contexto, se crea en 1996 el Centro de Validación Tecnológica Agropecuaria en el oeste de Formosa, y más tarde en varias localidades distribuidas en el territorio con el objetivo de recopilar datos para la planificación y la gestión de los proyectos (CEDEVA, 2023). Desde la firma del Acta de reparación histórica en el 2003 por el presidente Néstor Kirchner, el Modelo Formoseño tuvo un impulso que fue motorizado por los planes estratégicos Formosa 2015 y Formosa 2020-2025. La infraestructura en general, y en ciencia y tecnología en particular, han tenido un salto cuantitativo más que importante. En los últimos años, la creación del Polo Científico, Tecnológico y de Innovación, Instituto Politécnico Formosa, Centro de Medicina Nuclear y Radioterapia, Red de Capricornio, la Universidad Provincial de Laguna Blanca, el Gasoducto del NEA, marcan hitos en el desarrollo territorial provincial.
La siguiente etapa de desarrollo exige una mayor complejidad de las políticas científicas y tecnológicas para generación de agregado de valor en los Núcleos Estratégicos Productivos de la provincia en el marco de la economía del conocimiento. Esto significa en palabras de Sabato a la puesta en vigencia de la triangulación del complejo científico-tecnológico con las instituciones del Estado y las empresas público-privadas.
Como se observa, el Modelo Formoseño asumió la inversión para dinamizar los sectores de la economía, con ayuda de la política nacional excepto entre el 2016 y 2019, en la infraestructura científica y tecnológica. Actualmente ¿cuáles serían las debilidades del complejo científico y tecnológico local en esta nueva etapa de desarrollo? ¿En qué aspecto se debería hacer foco desde los debates de federalización en la política científica y tecnológica? ¿Cuál es el eslabón que no está funcionando? La siguiente tabla proporciona datos del CONICET en cifras (2023) para aproximarnos a la problemática sobre la democratización de la distribución de las capacidades científicas y tecnológicas.
Tabla Nº 1: CCT Nordeste por provincia – Recurso Humanos
Provincia | Recursos Humanos |
Corrientes | 362 |
Misiones | 304 |
Chaco | 158 |
Formosa | 31 |
Total | 855 |
En este sentido, aquí el debate sobre la federalización de la ciencia y la tecnología desde el Modelo Formoseño se centra en la democratización del CONICET, organismo encargado de diseñar políticas de CTI en colaboración con las universidades nacionales, con el objetivo de descentralizar los recursos humanos a nivel territorial. Durante el periodo de 2003-2010 y en adelante, se observa una recuperación y aumento en el número de becas y en el ingreso a la Carrera de Investigación Científica (CIC), con un incremento del 66%. Sin embargo, el criterio de áreas prioritarias o vacantes se volvió más restrictivo. El ingreso a la CIC se basó en criterios de calidad académica, sin considerar la distribución geográfica, lo que agravó las desigualdades territoriales. En la etapa de 2010-2011, se retomaron decisiones basadas en políticas de federalización con criterios geográficos para la asignación de becas y el ingreso a la CIC. Sin embargo, todos estos esfuerzos se vieron drásticamente truncados por las políticas implementadas durante el gobierno de Macri. En un solo movimiento, se degradó la categoría del Ministerio de Ciencia y Tecnología y se redujeron los recursos asignados al CONICET (Niembro et al., 2020). En el gobierno actual, se ha retomado la idea de federalización de la ciencia y la tecnología a través del Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030. Sin embargo, el desafío que enfrenta este proceso se hace evidente al observar los datos presentados en la Tabla Nº 2 del CONICET Nordeste. Estos datos son muy claros en cuanto a los aspectos que deben abordarse para lograr una verdadera federalización de la ciencia y la tecnología con respecto a la democratización de las becas e ingreso a CIC.
Tabla Nº 2: CCT Nordeste por provincia- Recursos humanos por áreas
Provincia | Investigadores | Becas | Personal de apoyo | Personal Administrativo |
Corrientes | 117 | 166 | 57 | 22 |
Misiones | 96 | 178 | 27 | 3 |
Chaco | 48 | 93 | 14 | 3 |
Formosa | 8 | 15 | 8 | – |
–
Fuente: Elaboración propia en base a datos obtenidos de CONICET Nordeste (2022)
Planteado el problema, se dejará para un próximo artículo la exploración en profundidad de las líneas de investigación de las ventanillas en temas generales, temas estratégicos y el fortalecimiento de la I+D+i, así como el funcionamiento de las comisiones de evaluación y la labor de los directores de becarios doctorales, entre otros aspectos relevantes del CONICET en Formosa.
El autor agradece a José C. Duarte por los aportes y sugerencias.
[1] El modelo lineal ofertista, tal como lo describe Manuel Marí, se basa en la premisa de que la generación de buena ciencia por sí misma conduce al desarrollo tecnológico. En este enfoque, las inversiones se destinan principalmente a la ciencia básica o fundamental, y a partir de ahí se aplican los conocimientos científicos para generar innovaciones en sectores específicos de la producción. En contraposición, el modelo sistémico, no lineal o demandista que propone que las inversiones deben orientarse prioritariamente según las demandas del sector productivo o social local.
Bibliografía consultada/sugerida
CEDEVA. (2023). CEDEVA – Centro de Validación de Tecnologías Agropecuarias. Retrieved June 17, 2023, from https://cedeva.com.ar/
Centro de Estudios Políticos Estratégicos de Formosa. (2009). Modelo formoseño: fundamentos filosóficos y doctrinarios. CICCUS.
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas. (2023). CONICET Nordeste en números. CONICET Nordeste. Retrieved June 17, 2023, from https://nordeste.conicet.gov.ar/el-cct-en-numeros/
Gobierno de Formosa. (2008). FORMOSA 2015. Ministerio del Interior. Retrieved June 17, 2023, from https://www.mininterior.gov.ar/planificacion/pdf/planes-prov/FORMOSA/Plan-Estrategico-Formosa-2015.pdf
«En este sentido, aquí el debate sobre la federalización de la ciencia y la tecnología desde el Modelo Formoseño se centra en la democratización del CONICET, organismo encargado de diseñar políticas de CTI en colaboración con las universidades nacionales, con el objetivo de descentralizar los recursos humanos a nivel territorial»