Para los pobladores del antiguo Imperio Romano, los idus de marzo eran días de buenos augurios, no parece que este marzo que viene asomando traiga para nosotros, los mortales de hoy y para esta Argentina, iguales pronósticos.
Lo certifican: la calle con sus reclamos; las falencias en las mesas de nuestros compatriotas; las dificultades para proveerse de los necesarios útiles escolares y las gastadas zapatillas de quienes vuelven a las escuelas y también algunos políticos -que viven de y para las elecciones- y que nos observan con sonrisas tan reales como sus promesas de campaña.
Durante algún tiempo crecieron economía y empleo efectivo. La economía creció en el 2022 un 5,2% y el empleo un 3,6%. Ambos lo hicieron al precio de mayor concentración económica y niveles de ingresos salariales por debajo de la inflación haciendo crecer –paradojalmente- también a la pobreza.
Esta situación generó una realidad conmovedora. La necesidad hizo crecer la sensación que era mejor ser explotado, pero con trabajo; que dejar de serlo, por no conseguir quien lo explote, quedando a la intemperie o viviendo de esporádicas changas.
Sabíamos de la crisis, pero esos mejoramientos parciales permitieron al gobierno imaginar un futuro mejor, despertando algunas esperanzas, que se expresaron en las previsiones del Presupuesto para este 2023. Con su estimación de un crecimiento del 2% y de una inflación estimada en el 60%.
La realidad de las últimas semanas está echando por tierra esas expectativas.
Al día de hoy son varios los números que explican estas afirmaciones.
Los primeros días de esta semana nos permitieron conocer algunos números y consideraciones que son escasamente halagüeños.
El origen de algunas de esas previsiones deja la duda acerca de si ésa es la tendencia de la economía en marcha o si se trata de las perspectivas para las cuales trabaja el poder económico más concentrado y los números son las consecuencias de la situación estructural y también de sus intereses, aprietes y políticas.
Durante la semana pasada se conoció un Informe del JPMorgan Chase & Co, el banco más importante de los EEUU. Allí se habla de un “aterrizaje forzoso” de la economía argentina durante este 2023.
A la lógica del desenvolvimiento de este modelo económico se deben agregar los recientes cambios climáticos: Una larga sequía; intensas olas de calor y una helada, totalmente fuera de época, que destruyó una parte importante de algunas economías regionales, como la vid y la industria vitivinícola de la zona cordillerana. Sin olvidar la gripe aviar, que estalló en Mainqué –Río Negro- y obligó a cerrar nuestras exportaciones avícolas. Los 3 principales rubros de exportación agrícola de nuestro país son soja, maíz y trigo y ellos sumaron 51.600 millones de dólares para el 2022; esa cifra se reduciría a los 36.600 millones para este año. Es decir que se exportará, para los rubros mencionados, casi un 30% menos que en el 2022.
Veamos como pintan los números actuales y su perspectiva.
Diciembre fue el mes durante el cual cayó por cuarta vez consecutiva la actividad económica. Esa tendencia se continuó en enero, mes en el que la actividad industrial retrocedió un 1,3% respecto a diciembre, aunque las cifras anuales (de enero a enero) todavía eran positivas en 4,1%.
Las previsiones oficiales y del FMI es que el crecimiento 2022 será del 0,5%. Aunque ahora el Informe de JPMorgan lleva esas estimaciones a que tendremos un 2023 negativo, con una caída del 1,7%, cambiando su estimación anterior de una suba del 0,5%.
La falta de divisas sigue siendo el tope que impide el crecimiento de la actividad industrial y acompañada por una sequía que causa la contracción de exportaciones.
La caída del consumo, que se observa desde diciembre es la muestra de la crisis social.
El Presidente leyó el miércoles pasado, con motivo de la inauguración de las sesiones parlamentarias, algunos datos positivos de los tiempos económicos recientes. Es muy probable que cada una de ellas sea cierta, pero no son completas, falta su complemento, que también es cierto: La pobreza es superior al 40% -en general- y bastante más del 50% cuando de menores se grata. Eso tiene que ver con el crecimiento de la desigualdad, producto de las políticas que nos impone el FMI.
Los ya habituales cortes y acampes en el centro porteño y las movilizaciones en el interior son una muestra de un importante sector de nuestro pueblo que sigue demandando, con escaso éxito algunas soluciones. A eso se le agrega el reciente retroceso industrial terminando de configurar un complejo escenario para el corriente año, caracterizado por una recurrente falta de divisas.
En lo que respecta a la inflación, las estimaciones del mismo origen la llevan a que esté orillando nuevamente el 100º anual, lo números de enero y las expectativas de lo que saldrá en febrero parecen confirmarlo.
Un año que parece dominado por la posibilidad de una estanflación: Inflación con estancamiento y/o caída de la actividad económica.
ALBERTO HABLÓ Y HABLÓ…, EL DÍA DESPUÉS
DE UN TRIUNFO PARLAMENTARIO DEL OFICIALISMO
Terminaba el mes de febrero y con él también el plazo para aprobar las leyes enviadas por el Ejecutivo para aprobar en sesiones extraordinarias. Solo faltaban unas horas para el vencimiento de ese plazo y el oficialismo alcanzó un notable triunfo, aprobando otra moratoria previsional. Éste tiene dos aspectos a señalar. Primero que se trata de una demanda que políticamente presionaba en favor del Proyecto Oficial, lo que obligó a que -dentro del propio bloque opositor- creciera la idea que no podían seguir creando artimañas para no debatirlo. Lo segundo es que consiguieron ganar la votación (134 a 107).
De ese modo quedó sancionada la norma, ya aprobada en el Senado, por la cual se aprobó una nueva moratoria previsional que beneficia a unas 800 mil personas (en las actuales condiciones) que podrán jubilarse por tener la edad suficiente, pero no los 30 años de aporte. Fue un indudable éxito oficialista, que da la impresión que esa deshilachada coalición hasta se da el gusto de poner en peligro al triunfo electoral de la oposición. El orgullo de éstos, los humos que se les subieron a la cabeza, de gran parte de su dirigencia y el discurso de los medios adictos que actúan como si ya hubieran ganado, terminan por armar un escenario de soberbia que no los ayuda en alcanzar ese objetivo que estaba al alcance de la mano. El más lúcido es Mauricio Macri, que acumula de otros modos, allá en París posando junto a Messi, El Dibu Martínez y sus esposas, en su rol de funcionario de la poderosa FIFA.
Acerca de esta moratoria, quien dio en el clavo es el diputado de origen comunista Carlos Heller, parte del bloque oficialista, quien recordó que el 65% de jubilados lo pudo hacer apelando a moratorias. Eso debido a dos causas: El altísimo nivel de informalidad laboral, lo que reduce la proporción de aportantes respecto a los beneficiarios y la creciente insuficiencia de este tipo de financiamiento. Por ello resulta imprescindible mantener este derecho, pero reconociendo que este desfinanciamiento es cada vez más estructural, por eso –el diputado mencionado- considera a esta norma como “un parche, porque mientras se resuelven los problemas de fondo, los parches son los mecanismos adecuados para salir de la situación”.
De todas maneras, es un “parche” positivo, porque le reconoce derechos a las y los millones que trabajaron y no son responsables de la crisis del sistema. Este “parche” es mucho más sano que otros, como los acuerdos con el FMI, que tampoco tienen un financiamiento posible; sin embargo, lo firmamos y lo estamos pagando, con sangre y lágrimas de la mayoría del pueblo. Ése es el ejemplo de un “parche” negativo.
1º DE MARZO DEL APAGON INSTITUCIONAL AL ENERGÉTICO
Este 1º de marzo no fue un día cualquiera. Desde el punto de vista institucional es la fecha prevista para la formal inauguración de las sesiones ordinarias del Parlamento Nacional. Ese acto formal fue hacia el mediodía, solo dos horas después –según el informe oficial- ardían unos pastizales que provocarían un apagón de proporciones, que dejó atrás lo ocurrido horas antes.
El miércoles 1º de marzo dos gigantescos apagones ensombrecieron el panorama nacional.
Hacia el medio día fue el apagón institucional. Como si hiciera falta ratificarlo el Presidente en su alocución -inaugurando la actividad parlamentaria- luego de 1 hora media de un módico discurso con datos que avalaban su gestión, lanzó al ruedo la pelea con el sistema de Justicia. Fue la parte más aplaudida de su discurso con las primeras bajas de legisladores de la oposición que comenzaron su retirada.
Esa legítima crítica a la desigual relación, en la distribución de recursos, entre el interior y la Ciudad de BsAs, fue complementada por otra más general hacia el sistema judicial. Allí incluyó el tema de la persecución a la Vice Presidenta.
El clima se caldeó, sobraron los agravios, nuevamente la “grieta” ocupó el lugar de las propuestas.
Partiendo de la legitimidad de la crítica al sistema judicial, caben algunas observaciones. Lo que pasa con el Poder Judicial, es el caso –posiblemente- más grave de una crisis institucional que atraviesa al conjunto de las actuales instituciones.
Esas disputas no se resuelven con estas confrontaciones super estructurales o de aparatos, que se visualizan como choques en los que el pueblo descree, por no confiar en su eficacia y dudar de su veracidad.
Llevar adelante esa lucha necesita de la presencia de un pueblo organizado. Cuando observamos lo que pasó este 1° de marzo, nos encontramos con una Plaza casi vacía después de 3 años de gobierno. Bajo estas condiciones es fácil prever el destino de ese conflicto.
Solo un par de horas después un incendio de pastizales (bajo los cables de la línea –de 500 Megawatts (MW)- que une Campana con Gral. Rodríguez, Pcia. de BsAs), hizo que 10.455 (MW), un 43% del total de la generación nacional que había en el momento en que se iniciaba el fuego (26.434 MW), quedara fuera de circulación, según lo informó Cammesa, la empresa mayorista de electricidad. Eso ocurría unos minutos después de haberse alcanzado el récord de consumo. Este incidente habría afectado a cerca de 20 millones de personas, el mismo se inició a las 15 horas y 59 minutos de ese día.
En algunos casos por la acción del fuego inicial, en otros porque algunas centrales fueron puestas fuera de servicio para evitar el recalentamiento de generadores, con efectos aún más graves. Además de la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, hubo varias provincias que fueron afectadas.
Sergio Massa, haciendo gala de rápidos reflejo pidió al Juez Federal de Campana que investigue ante la posibilidad que se trate de un atentado. Lo cierto es que ese hecho se produjo en el momento de mayor consumo de un día que estaba transitando una fuerte ola de calor.