NUEVAS CONVERSACIONES CON LA GUERRILLA ELN EN COLOMBIA

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El Gobierno de Colombia y la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) reanudaron este lunes en Ciudad de México la Mesa de Diálogos de Paz que mantienen para poner fin a las históricas confrontaciones.

Se trata del segundo ciclo de conversaciones del ELN con la administración del presidente Gustavo Petro —quien asumió el mando en agosto pasado y tiene el objetivo de conseguir una «paz total» en su país—, luego de terminada la primera ronda en diciembre pasado, que se llevó a cabo en Caracas, Venezuela.

«Hoy es una fecha histórica hacia la reconciliación y la paz en Colombia […] Que México haya asumido el papel de país garante y sea sede de este segundo ciclo del diálogo confirma que tenemos una política exterior pacifista y de compromiso por la paz», dijo el secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, al inaugurar las conversaciones, en un acto celebrado en la sede de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social de la capital mexicana.

A su turno, Pablo Beltrán, jefe negociador del ELN, aseveró que esta mesa de conversaciones de paz «es un instrumento del mandato de cambio» de los colombianos, especialmente del estallido social de 2021, y su agenda «busca acordar transformaciones y poner fin al conflicto armado».

«Avanza enfrentando las dificultades heredadas del viejo régimen, pero con la determinación de lograr una paz integral y duradera, que resuelva las causas que gestan a diario el conflicto social, político y armado», expresó.

Por su parte, Otty Patiño, jefe negociador de la delegación del Gobierno, dijo que en este segundo ciclo de conversaciones deben avanzar en «temas y desafíos hondamente sentidos y reclamados por quienes hoy padecen las inclemencias del conflicto y el abandono del Estado».

Comentó que en este ciclo tienen que «producir hechos» y, según lo acordado previamente, se enfocarán en dos grandes temas. El primero de ellos, dijo Patiño, es «la participación de la sociedad en las transformaciones para la paz».

«Ello implica poner en el centro de la mesa no a la mesa misma ni a sus componentes, sino a un actor que hoy no está visible aquí, pero que debe ser el protagonista y beneficiario de este proceso de paz, que son las comunidades colombianas que hoy padecen el abandono y el conflicto armado», manifestó.

El segundo tema es el del «cese al fuego». Sobre este, indicó corresponde a la mesa reinterpretarlo y no verlo «solamente como una disminución de las confrontaciones armadas, sino fundamentalmente como una disminución de las hostilidades hacia la población civil».

Patiño aclaró que sobre este asunto no pactarán «una tregua», sino que buscarán que no haya un retroceso sobre lo que se establezca.

Sin embargo, Beltrán dijo al respecto que este segundo ciclo de conversaciones «se ocupará de los preparativos para acordar un cese al fuego bilateral, temporal y nacional».

Este es un tema importante, puesto que entre finales de diciembre y enero pasados se generó una crisis en las conversaciones de paz, después de que la administración de Petro anunciara que varios grupos armados irregulares, entre ellos el ELN, habían acordado un cese al fuego bilateral. Sin embargo, el grupo insurgente negó que hubiese discutido esa medida con el Gobierno y denunció que el anuncio violaba lo pactado en diciembre en Caracas. Tras ello hubo una reunión extraordinaria en la capital venezolana, en la que ambas partes limaron asperezas y convinieron en empezar a «tratar y acordar» el tema en México.

A finales de enero, Antonio García, el primer comandante del ELN, dijo, a través de su cuenta en Twitter que, además de esos dos temas, en la nueva ronda de conversaciones con el Gobierno también examinarían los «logros y dificultades en la implementación de acuerdos realizados en el primer ciclo».

Países garantes y acompañantes
La delegación del Gobierno está presidida por Patiño, acompañado por el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda; el senador Iván Cepeda, la representante a la Cámara María José Pizarro, el dirigente gremial de los ganaderos José Félix Lafaurie, entre otros.

Por su parte, entre los representantes del ELN están Beltrán, acompañado de Gustavo Martínez, María Consuelo Tapias, Bernardo Téllez, Silvana Guerrero, Aureliano Carbonell, Violeta Arango, entre otros.

En este diálogo de paz, fungen como «países garantes» México, Venezuela, Cuba, Chile, Noruega y Brasil; a quienes se suman Suecia, Alemania, Suiza y España como «acompañantes».

También siguen estas conversaciones la oficina del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de su representante especial en Colombia; así como la Conferencia Episcopal del país suramericano.

«La presencia de estos países e instituciones es una muestra de su confianza y apoyo continuo para la consolidación de la paz en Colombia», reza el comunicado de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.

Los acuerdos previos

Al término del primer ciclo de conversaciones en Caracas, los representantes del ELN y el Gobierno de Colombia suscribieron cuatro acuerdos conjuntos.

El primero de ellos es sobre la agenda de diálogos. Al respecto, las partes establecieron trabajar de acuerdo con los «ejes esenciales» de las conversaciones que se firmaron en marzo de 2016; aunque, por el nuevo contexto nacional e internacional, hubo algunos ajustes.

El segundo acuerdo fue «la institucionalización de la Mesa de Diálogos de Paz», con una normativa que «regula y potencia su trabajo». Se establecieron protocolos con reglas claras para las delegaciones.

El tercer acuerdo fue sobre «acciones y dinámicas humanitarias». Sobre ello, las partes decidieron poner en ejecución un acuerdo parcial de atención de emergencias sobre el Bajo Calima, en el departamento de Valle del Cauca, y el Medio San Juan, en Chocó. También, acordaron la atención de emergencia humanitaria a un grupo de presos políticos del ELN, afectados por la crisis carcelaria en Colombia.

Y el cuarto acuerdo fue sobre «pedagogía y comunicaciones». Al respecto, se acordó la estrategia para fortalecer y ampliar el apoyo y participación de la sociedad colombiana y de la comunidad internacional en el proceso de diálogos.

Fuente: ActualidadRT

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