El Nuevo Salitral es uno de los asentamientos que existen en Santa Rosa. En el marco de la crisis habitacional, hace mas de un año que un grupo de familias tuvieron que recurrir a instalarse en aquellos terrenos. Pasan las heladas y los calores insoportables y, sin embargo ante la falta de respuesta por parte del Estado el numero va en aumento.
Se pueden ver como en su gran mayoría de quienes allí habitan, intentan con muchísimo esfuerzo levantar lo que es el hogar para su familia. No cuentan todavía con ningún servicio esencial. Desde hace meses en forma solidaria resolvieron empezar a trabajar la tierra y comenzar a producir colectivamente verduras junto a un horno de barro. De lo que se trata según nos cuentan es de «mostrarnos y mostrar que no esperamos que nos regalen nada. Solo queremos tener nuestro pedacito de tierra para levantar un techo y que nuestros hijos tengan los derechos básicos que hoy están ausentes».
Pudimos conversar con algunas vecinas y vecinos que estuvieron presentes en la jornada.
Marisa esta a cargo de dos niñas y plantea que «la luz es el reclamo mas urgente porque hay muchos chicos que se enferman y por ejemplo necesitan nebulizarse. Es esencial y todos los vecinos del Salitral la necesitamos. Con estos calores es duro no poder ofrecerles a tus hijos un vaso con agua fresca para tomar».
Yamila vivía junto a sus padres decidió hace un tiempo buscar su propio camino. «Queremos mostrar que por el solo hecho de que estamos acá no significa que no estemos haciendo nada. Esta huerta nos muestra el interés por querer salir adelante y progresar. No queremos estar acá por estar, es muy difícil vivir en estas condiciones. Entre todas hemos construido esta huerta y estamos trabajando este espacio en común para el barrio. No pedimos que se nos regale nada, solamente queremos que alguien nos de una respuesta, que alguna autoridad nos escuche. Entre todas estamos luchándola y tratando de salir adelante».
Yamelet dice estar «muy contenta porque el encuentro de hoy muestra lo que venimos realizando desde hace meses donde trabajamos a la par vecinas del Salitral. Hoy además de presentar la huerta y el horno, también armamos un roperito para los chicos y hubo tortas que preparamos entre las vecinas»
Para Natalia La luz es muy necesaria. «En mi caso soy diabética y utilizo insulina. O sea no tengo donde poder guardarla en la heladera. Nos sentimos discriminados sobre todo nuestros niños. Estamos acá por necesidad no por gusto y necesitamos que nos escuchen»
Ángel vive con su compañera y tres niñas. «Estamos tratando de organizarnos para obtener respuesta a derechos básicos. La luz es fundamental para nosotros. Cada vez hay mas casitas que se están levantando de a poquito. Con mucho esfuerzo los vecinos nos estamos apoyando. Somos todos laburantes los que estamos acá. Vivimos de changas y lo que vaya surgiendo. Tener este terrenito nos permite ahorrar en alquiler y contar con unos pesos para poder comprarle ropita a nuestras hijas. Da mucha fuerza saber que estamos pudiendo entre todos ayudarnos a tener un techo. La gente que nos juzga tiene que saber que acá estamos por necesidad»
