Alberto Fernández sumó apoyo empresario, y político, para su campaña “Argentina contra el hambre”. El candidato presidencial reunió a dirigentes sociales, de la Iglesia católica, sindicatos y dirigentes en la Facultad de Agronomía de la UBA para avanzar en el proyecto que contempla la donación del 1% de la producción de parte de las empresas alimenticias.
Fernández pidió la ayuda del sector empresario para «reperfilar los precios de la canasta básica». «No es posible que en el país del trigo y las vacas, el pan y la leche no paren de subir de precio y falten en la mesa de los argentinos», achacó. Pero reconoció «la buena predispoción» que encontró en todos los sectores a los que les presentó el plan.
El candidato valoró, entre las reacciones recogidas, la propuesta solidaria de Syngenta, multinacional semillera, para donar el 1% de su producción.
En el marco de este discurso desde el programa Rompiendo Limites quisimos consultarle al Coordinador de la campaña «No transgénico No agrotóxicos» de la ONG Conciencia Solidaria, acerca de la importancia de reconocer que hay detrás de Syngenta, la multinacional dedicada a la producción de semillas. «A estas corporaciones lo único que les interesa es generar dividendos puramente para accionista, no piensan en el ser humano» explicó.
Coppiz dijo que «a partir de este modelo que es autoproductivo es autodestructivo tenemos que tener en cuenta que, como dijo Perez Esquivel, estamos asistiendo al <<monocultivo de cerebros>> .Estamos en una educación captada, en medios captados y en una ciencia captada y el Estado funcional a todas estas cuestiones» señaló para explicar como funciona el modelo agroexportador.
Además hablamos de soberanía alimentaria, la importancia de que las semillas sean de los pueblos y no de las multinacionales.
